La Unión Europea utilizará un sistema con detector de mentiras para reconocer si un extranjero le dice la verdad al agente de migraciones virtual.
Se trata de un detector de mentiras basado en el análisis de hasta 38 mínimos gestos faciales. Este sistema de control de fronteras inteligente se llama iBorderCtrl y fue creado por la compañía European Dynamics.
Al llegar a la Unión Europea, el viajero deberá pararse frente a una pantalla con una webcam, y deberá conversar con un oficial virtual, que hablará en su mismo idioma.
Toda la información que aporte el sistema se unirá con los datos de entradas y salidas que se tengan de la persona y, además del análisis facial, tomará muestras de huellas dactilares y hará un escaneo de las arterias y venas de la mano de la persona.
En el caso de que el sistema determinara que el viajero no dice la verdad, deberá acudir a un oficial de frontera, quien tendrá la última palabra para dejarlo pasar o no.
El sistema aportará datos para que el agente de migraciones pueda tener precisiones sobre la identidad de esa persona antes de decidir su ingreso.
De acuerdo con las pruebas realizadas, el detector de mentiras tiene un nivel de fiabilidad del 76% que podría llegar al 85% cuando se comience a usar en las fronteras donde pasan, anualmente, 700 millones de personas de todo el mundo.
Las pruebas finales, que están por comenzar, se realizarán en cuatro puestos fronterizos de Hungría, Grecia y Letonia. La UE no informó cuánto tiempo llevará la colocación del sistema en todos los países que comprenden la región, si se aprueban los requerimientos de calidad exigidos.
Los pasajeros que arriben a este aeropuerto serán atendidos sólo por robots
El aeropuerto Internacional de Changi en Singapur, votado como el mejor del mundo los últimos seis años por la consulta de Skytrax, está persiguiendo la meta de extender la automatización con tal vigor que construyó una terminal entera para ayudar a probar los robots del aeropuerto del futuro.
La experiencia que se quiere crear en el aeropuerto sería algo así: mientras un avión se une a la fila de aterrizaje, es detectado, identificado y monitoreado por un conjunto de cámaras y tecnología que evitará la tradicional torre de control.
Una vez en la puerta, un puente aéreo guiado por láser se coloca a sí mismo para permitir el desembarco de los pasajeros, mientras vehículos automatizados se colocan debajo para descargar el equipaje, esquivando otros aparatos que están enviado comidas empacadas por robots o procesando cargamento. Los pasajeros se dirigen a aduanas de migración automatizadas con escáner facial y reconocimiento de huellas, luego van a recoger su equipaje que los robots ya acomodaron en el carrusel. Continuar leyendo…