Hace más de una década, enormes cráteres comenzaron a aparecer en el permafrost de Siberia, dejando a los científicos perplejos. Estas misteriosas explosiones dejaron agujeros de varios metros de ancho, rodeados de bloques de tierra y hielo dispersos.
Ahora, tras años de estudio, los expertos creen haber desentrañado la causa. Según su investigación, el calentamiento global está derritiendo el permafrost, lo que provoca la acumulación de gases como el metano atrapados bajo la tierra congelada. Con el aumento de la temperatura, estas bolsas de gas estallan violentamente, creando los gigantescos cráteres.
El estudio revela que la combinación de cambios en la geología del suelo y el calentamiento acelerado del Ártico está desestabilizando la región. Aunque los científicos advierten que aún hay incógnitas por resolver, la evidencia apunta a que el cambio climático no solo está desencadenando estos fenómenos, sino también acelerando su frecuencia.
El impacto de estas explosiones no se limita a alterar el paisaje, sino que también podría liberar más metano a la atmósfera, empeorando el calentamiento global.