Gonzalo Granja, fotógrafo de 32 años oriundo de la provincia de Córdoba, Argentina; acaba de regresar a su ciudad natal luego de una travesía de 13 meses a bordo de su automóvil, el cual le permitió recorrer y fotografiar paisajes argentinos a través de la ruta 40. El trayecto une los puntos más lejanos y opuestos del país: desde Ushuaia, provincia de Tierra del Fuego, a La Quiaca, provincia de Jujuy.
Una pandemia de por medio y numerosas aventuras convirtieron los 5000 km de la mítica ruta, en 65.000 km, cuando finalmente apagó el motor. Además, logró capturar alrededor de ocho terabytes de material fotográfico: “cientos de miles de fotos” que cuentan “una cantidad incontable de historias”, según afirmó Granja a un reconocido medio de noticias argentino.
Otro dato sorprendente, es que Granja posee daltonismo, una condición compleja y sensible para alguien que se dedica a capturar lo que ve. Sin embargo, su mirada particular fue para él un impulso: “La fotografía es mucho más que producir imágenes, es tener la posibilidad de compartir con otros lo que me parece importante, lo que me llama la atención, una mirada, que sea un juego y no algo mecánico”.
Descubrir el país a través de la emblemática ruta 40
Luego de un primer proyecto fotográfico sobre los paisajes de su provincia local, Granja decidió ampliar sus horizontes y realizar una cobertura fotográfica a nivel país. A partir de recaudar dinero en una colecta online, en el 2019 pudo comenzar su travesía. “Arranqué el viaje en La Quiaca, y durante cinco meses recorrí 8 provincias hasta Bariloche”, explicó Granja.
Luego de un problema mecánico en su automóvil y la llegada de la pandemia de coronavirus, debió detener el recorrido. En septiembre de 2021 retomó la ruta y por ocho meses su auto volvió a ser su casa, un pequeño hogar con ruedas que lo hospedó desde La Quiaca hasta Tierra del Fuego. “La ruta 40 mide 5190 km, pero tomé muchas rutas anexas, fue como coserla. Siempre había alguien que aparecía y me decía ‘a 300 km por allá está tal volcán increíble’ y pensaba: ‘si no voy ahora, ¿cuándo?’”, dijo Granja.
El hecho de dormir en su medio de transporte, fue una decisión tan económica como técnica. Lograr dormir en el auto le permitía estar siempre en el lugar, esperar la “luz perfecta”, “el momento exacto cuando se pinta el paisaje”, la salida de las estrellas o el amanecer, retratar los cambios que el paso del tiempo provoca en un lugar. “Hay sitios que solo se pueden apreciar cuando se dan ciertas condiciones climáticas, como el Lago Espejo cuando el viento se calma”, explicó Granja.
A partir de las miles de fotos obtenidas, Granja se encuentra pensando en un proyecto fotográfico autogestionado, que planea publicar entre enero y marzo del 2023.
Fuente: Todo Noticias
