Cada año, el renombrado concurso de fotografía The Big Picture de la Academia de Ciencias de California celebra a algunos de los mejores fotógrafos del mundo y las imágenes más impactantes del año. La institución acaba de dar a conocer los ganadores y finalistas de 2022, aunque el reconocimiento vale para todos los participantes que se han unido en una misma consigna: celebrar la biodiversidad de la Tierra.
A juzgar por un estimado panel de expertos en fotografía de naturaleza y conservación, incluidos Suzi Eszterhas, Sophie Stafford y el editor de fotografía colaborador de bioGraphic, Jaymi Heimbuch, las imágenes ganadoras y finalistas de la competencia destacan la biodiversidad de la Tierra e ilustran las muchas amenazas que enfrenta nuestro planeta.
Cada foto, a su manera, inspira a los espectadores a proteger y conservar la notable diversidad de vida en la Tierra. Sea explorando rituales de apareamiento o viendo cómo los animales se adaptan al desarrollo humano, todas las fotografías celebran la belleza del mundo natural. Al mismo tiempo, también nos enseñan lo que realmente ocurre en el reino animal.
Precisamente con lo anterior como criterio de selección, la fotografía ganadora absoluta de este año fue tomada por Karine Aigner, quien se llevó a casa el primer premio por su mirada al extraño ritual de apareamiento de las abejas de los cactus:
Baile de abejas de Karine Aigner: Ganador del Gran Premio
«En una cálida mañana de primavera en el sur de Texas, una abeja de cactus hembra (Diadasia rinconis) emergió de su pequeño nido cilíndrico en el suelo y se elevó como ceniza de una chimenea. Casi instantáneamente, fue rodeada por docenas de machos que patrullaban, sus cuerpos rojizos formando una «bola de apareamiento» zumbante y turbulenta mientras competían por la oportunidad de copular con ella. Después de unos tumultuosos 20 segundos, la bola de abejas se disipó y la hembra salió volando, un solo macho victorioso agarrándose con fuerza a su espalda».
Visión de túnel de Tom Shlesinger: Finalista de vida acuática
«Cada año, desde agosto hasta principios de octubre, los meros goliat del Atlántico ( Epinephelus itajara) se reúnen frente a la costa este de Florida para desovar. En las noches oscuras cuando hay luna nueva, los machos del tamaño de un refrigerador producen sonidos retumbantes de baja frecuencia al contraer sus vejigas natatorias, llamando a otros meros para que se congreguen alrededor de naufragios o arrecifes rocosos».
Cara a Cara de Fernando Constantino Martínez Belmar: Finalista Humano/Naturaleza
«Dos criaturas se enfrentan a través de una cerca de alambre tejido: un depredador y la otra presa; uno salvaje, el otro, esencialmente, fabricado para nuestro uso. El momento es una manifestación de dos mundos que chocan, sin una indicación clara de cuál prevalecerá».
Embriología por Jaime Culebras: Finalista de Vida Terrestre
«En una noche de luna cerca de la Estación Científica de Yanayacu en el noreste de Ecuador, una rana de cristal hembra de Wiley ( Nymphargus wileyi) saltó a un helecho y atravesó una de sus frondas, respondiendo a la llamada de un macho que esperaba. La montó en la espalda, preparado para sujetarla con fuerza durante varias horas hasta que estuviera lista para depositar sus huevos. Finalmente, se colocó en la punta de un brazo frondoso que se extendía sobre un arroyo y empujó una nidada de huevos, que el macho fertilizó de inmediato».
Telaraña de Bence Máté: Ganador de Vida Terrestre
«Amanecía en el Parque Nacional Kiskunság de Hungría y el fotógrafo Bence Máté yacía inmóvil, apenas respirando, sobre un escondite flotante del tamaño de un ataúd. Frente a él, un castor euroasiático ( Castor fibre ) se afanaba en roer un árbol, iluminado a contraluz por los primeros rayos del sol de la mañana. Cerca, árboles previamente talados emergieron como pilotes de muelle del agua envuelta en niebla, uno de ellos adornado con una telaraña brillante».
Cuadro dentro de un cuadro de Sitaram Raul: Ganador de la vida alada
«El fotógrafo Sitaram Raul solía pensar en la fotografía de vida silvestre como algo que hacía mientras viajaba. Pero cuando la pandemia de COVID-19 se extendió por todo el mundo, comenzó a prestar más atención a la vida silvestre en su propio patio trasero. “Una noche, sentado en mi balcón, estaba mirando un árbol de chirimoya, y los murciélagos venían con frecuencia a comer los frutos”, recuerda. “Todo el mundo estaba maldiciendo a los murciélagos, pero decidí observarlos”».
Belleza oculta de Tom St George: Ganador de paisajes, paisajes acuáticos y flora
«En lo profundo de un cenote en la península de Yucatán en México, el fotógrafo Tom St George encontró esta caverna de otro mundo, aparentemente sin vida, sus aguas tenuemente iluminadas penetradas por miles de estalactitas dramáticas».
Delicadeza repugnante de Bence Máté: Ganador Humano/Naturaleza
«Mientras viajaba por la región de los Cárpatos de Rumania hace varios años, el fotógrafo Bence Máté se encontró con una escena horrible. En un sitio de desove de ranas comunes ( Rana temporaria ), cientos de ranas (y varios sapos) yacían muertas en el agua, algunas todavía agarradas a sus parejas, sin las patas traseras».
El juego del armiño de Jose Grandío: Finalista de Vida Terrestre
«En las horas previas al amanecer de una fría mañana de invierno en los Alpes franceses, el fotógrafo José Grandío yacía inmóvil en la nieve, esperando que un armiño ( Mustela erminea ) saliera de su madriguera. Había pasado los últimos días esperando de la misma manera, sin recompensa, pero su paciencia estaba a punto de ser recompensada. Poco después de que saliera el sol, el armiño salió a la pálida luz invernal y procedió a montar un espectáculo espectacular».
Después de la Caída de David Slater: Ganador de la vida acuática
«Los leones marinos de California ( Zalophus californianus ) son miembros icónicos del ecosistema de la Bahía de Monterey, y al fotógrafo David Slater le encanta bucear con ellos. “Pasan a tu lado con tanta belleza y gracia que te dejan atónito”, dice efusivamente».
Hacia la luz de Pål Hermansen: Ganador del arte de la naturaleza
«Cuando el fotógrafo Pål Hermansen salió a la calle una fresca mañana de marzo en Ski, Noruega, y miró hacia su casa, se quedó consternado. Una de las luces exteriores se había dejado encendida toda la noche, y dentro de su caparazón brillante, vio las manchas oscuras de docenas de insectos, atraídos a la muerte por el faro accidental».
Estrella fugaz de Tony Wu: Finalista de vida acuática
«Tres días antes de la luna llena de julio pasado, el fotógrafo Tony Wu se sumergió en una bahía frente a la costa de Kagoshima, Japón, en busca de un gobio estrellado ( Asterropteryx semipunctata ), un pez del tamaño de un tee de golf con puntos brillantes esparcidos a través de su piel oscura. Llevaba semanas con la esperanza de fotografiar el hermoso pez repleto de estrellas, y esperaba pasar toda su inmersión concentrado en esa tarea».
Pero poco después de ver su primer gobio, Wu se distrajo con una escena estelar diferente: la estrella de mar de Leach ( Leiaster leachi ) se levantó sobre las puntas de sus brazos y comenzó a desovar, disparando una Vía Láctea de esperma al agua de mar circundante.
