A unos 20 kilómetros de Rocamadour, el impresionante pueblo incrustado verticalmente en una roca, nos encontramos podemos encontrar con Gouffre du Padirac, una sima de más de 100 metros de profundidad que te adentra en el corazón de la Tierra.
Si la novela Viaje al centro de la Tierra, de Julio Verne, está entre tus favoritas, debes visitar Gouffre du Padirac al menos una vez en la vida, ya que te sentirás como uno de los protagonistas de esta obra maestra de la literatura fantástica y de aventuras.
Al igual que el profesor Otto Lidenbrock, su sobrino Axel o Hans, el guía islandés, descenderás en Gouffre du Padirac por un gran agujero de 35 metros hasta alcanzar el río subterráneo que se encuentra a 103 metros de profundidad.
“Un escalofrío me recorrió al pensar en lo que nos esperaba más abajo, pero no podía detenerme. El profesor estaba decidido a continuar, y Hans era un hombre tan impasible que parecía no sentir ninguna emoción. Descendíamos más y más (… ) continuamos avanzando, siempre hacia abajo, hasta que finalmente llegamos a una enorme caverna. El profesor estaba radiante. – ¡Lo hemos conseguido! -exclamó-. ¡Estamos en el centro de la Tierra!», reza la novela de Julio Verne publicada por primera vez en Francia en 1864.
Y ahora viajamos en el tiempo y avanzamos un cuarto de siglo, hasta 1889. Seguimos en Francia, la novela de Verne ha supuesto un éxito absoluto y Édouard-Alfred Martel, famoso explorador y espeleólogo, llega a la región de Padirac para explorar la zona. Encuentra casi por casualidad una pequeña depresión en el terreno que le llama la atención y, después de quitar la vegetación que cubre la zona, descubre la entrada de la sima.
Martel inició su descenso a la cueva, convirtiéndose en la primera persona en explorar sus impresionantes galerías y salas subterráneas. Desde entonces, Gouffre du Padirac se ha convertido en uno de los principales atractivos turísticos de la región y una de las cuevas más visitadas de Europa.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que conviene reservar las entradas con antelación o, de lo contrario, puedes quedarte con las ganas; de hecho, según algunos datos consultados, antes de la pandemia, la sima tenía medio millón de visitantes anuales.
La entrada general, que incluye audioguía y paseo en barca por el río subterráneo, cuesta 21,50 €. Y, ojo, porque puedes elegir descender a las profundidades de la Tierra en ascensor a hacerlo andando. Nuestra recomendación, si no cuentas con una forma física excelente, es que te ahorres el esfuerzo de bajar este gran tramo de escalones (hay quien dice que más de 300), ya que dentro de la sima también hay que andar para descubrir las entrañas de la Tierra.
Una vez que se llega al embarcadero, el guía avisa que no se pueden tomar fotos. La luz es escasa y algunos tramos de navegación se harán en la más absoluta oscuridad. En el río, de más de 100 metros de longitud, no hay prácticamente vida animal. Y decimos prácticamente, puesto que sí habitan en las profundidades varias especies: un tipo de gamba y un caracol minúsculo de tan solo varios milímetros.
Durante el recorrido, que suele durar en torno a un cuarto de hora, se pasa por diferentes cuevas. Prepara el chubasquero porque hay una zona de lluvia y, ya te puedes ir haciendo una idea de lo que se vive allí. En total, se recorrerán unos dos kilómetros, uno en barca y el resto, andando. Hay también, como hemos dicho, bastantes escalones, pero es una visita que se puede hacer sin problemas con niños.