En Francia, donde ya existen diversas leyes para reducir el uso de plástico, un nuevo proyecto de ley busca ir un paso más allá. Pierre Cazeneuve, un político comprometido con la crisis ambiental, ha propuesto prohibir las botellas de agua de plástico pequeñas, es decir, aquellas que contienen menos de 500 mililitros. Para Cazeneuve, estas botellas representan un “derroche medioambiental” debido a su alto contenido de plástico —unos 20 a 25 gramos— para apenas unos pocos sorbos de agua.
Aunque el proyecto aún debe ser discutido y votado en el Parlamento, la idea no ha sido tan radical para los franceses: una reciente encuesta revela que casi dos tercios de la población apoya la prohibición de las botellas pequeñas. Este apoyo es coherente con las medidas que Francia ha implementado en los últimos años contra los plásticos de un solo uso, incluyendo cubiertos, pajillas y envases de comida.
Además, el país ha avanzado en iniciativas que promueven el uso de botellas reutilizables. En muchas ciudades, existen fuentes públicas donde se puede rellenar una botella, y varios bares y cafés ofrecen agua del grifo gratis. Estas acciones buscan reducir el consumo de plástico y fomentar alternativas más sostenibles, en línea con los esfuerzos de Francia para hacer frente a la crisis ambiental global.
De aprobarse, esta medida convertiría a Francia en uno de los países más comprometidos en la lucha contra el plástico, promoviendo un cambio en los hábitos de consumo de los ciudadanos y estableciendo un ejemplo para otros países en Europa y el mundo.