Una tragedia conmociona a la isla de Tenerife, en el archipiélago español de Canarias, luego de que una adolescente de 13 años falleciera tras caer desde un quinto piso de un edificio abandonado conocido como el “Hotel Añaza”, ubicado frente a la costa de Santa Cruz de Tenerife.
El hecho ocurrió el jueves 5 de diciembre, cuando cuatro amigas ingresaron de forma clandestina al enorme complejo sin terminar que se alza a la vera de la playa. Lo que había comenzado como una simple travesura terminó de la peor manera: alrededor de las 19:00 horas, las tres adolescentes que acompañaban a la víctima dieron aviso a los servicios de emergencia al presenciar la caída de su amiga desde una de las plantas superiores.
En pocos minutos llegaron patrullas de la policía local, dotaciones del Consorcio de Bomberos de Tenerife y dos ambulancias. La menor fue hallada inconsciente sobre un afloramiento rocoso junto al mar, con heridas de extrema gravedad. Pese a las maniobras de reanimación realizadas en el lugar, los profesionales no lograron salvarla y la adolescente fue declarada fallecida en el sitio.
Las autoridades abrieron una investigación para esclarecer el episodio. Según indicaron al noticiero de Radio Televisión Canaria (RTVC), se analizarán las grabaciones de cámaras cercanas, se tomarán declaraciones a testigos y se llevará a cabo un estudio pericial del edificio para establecer con precisión desde qué altura exacta se produjo la caída. Por el momento, se descarta la intervención de terceras personas y se mantiene la reserva sobre la identidad de la víctima. La autopsia se realizará en el Instituto de Medicina Legal de Santa Cruz de Tenerife.
El edificio donde ocurrió la tragedia es popularmente conocido como “el monstruo de Añaza”. Se trata de una gigantesca obra inconclusa cuya construcción comenzó en 1973, impulsada por una empresa alemana que proyectaba un lujoso hotel frente al océano. Sin embargo, el proyecto se frenó en 1975 y el inmueble jamás fue terminado ni habilitado.
Desde entonces, el coloso de concreto permanece abandonado desde hace más de 50 años, con severos riesgos estructurales: huecos de ascensores, balcones y ventanas sin barandas, zonas sin señalización y vallados que suelen ser vulnerados con facilidad por quienes ingresan al lugar.
La muerte de la joven volvió a despertar la preocupación en el barrio. Asociaciones vecinales advierten que se trata de la quinta víctima fatal vinculada al edificio. En 2017 ya se habían registrado cuatro muertes, tres consideradas accidentes y una investigada como presunto suicidio.
En los últimos años, el hotel se transformó en un imán para adolescentes que acceden de noche y comparten en redes sociales fotos y videos de alto riesgo. Algunos incluso se grabaron saltando entre balcones, caminando al borde del precipicio o posando para selfies sin protección alguna, exponiéndose a una caída mortal.
Ante los antecedentes, el Ayuntamiento de Santa Cruz y el Cabildo de Tenerife habían aprobado una subvención para financiar la demolición del edificio. Tras este nuevo episodio fatal, los vecinos exigen que se aceleren de inmediato los trabajos para evitar más pérdidas humanas.
