«Un movimiento artístico que sueña con la liberación animal«, así se define Voicot, un proyecto ambientalista que surgió en febrero de 2014 en la búsqueda de acción, lucha y liberación de las especies que son matadas para consumo y tiene principal influencia en Buenos Aires.
Su nombre hace alusión a la V por el veganismo y la victoria del mismo. Y a su vez, está relacionado con un Voicot a la matanza de animales, al sistema cruel de poder establecido, e incluso al boicot a las costumbres y tradición.
No podemos mantenernos ajenos a la tremenda masacre de la que somos parte como sociedad, pero no por un tema de sensibilidad, por un tema de justicia
Este grupo de activistas cuenta con varias frases, que plasmadas en afiches y murales, permite su fácil identificación por las calles. Incluso la intervención de este grupo resuena e impacta en la cotidianeidad de los transeúntes ya que sus afiches se encuentran superpuestos a publicidades de productos de carne o sus derivados lácteos.
Entre sus dichos más impactantes que buscan concientizar a la población sobre la explotación animal es posible distinguir:
Todos somos animales: Aquí Voicot invita a la reflexión asumiendo que si los humanos somos animales y no nos matamos entre nosotros para alimentarnos, entonces ¿por qué si lo hacemos y permitimos que eso suceda con los animales?
Somos la especie en peligro de extinguirlo todo: Durante toda la vida aprendimos que en el mundo existen especies peligrosas, que pueden provocar daños fatales si atacan a los humanos. Sin embargo, Voicot va más allá y plantea que a fin de cuentas, la especie que acabará por provocar mayores daños a los ecosistemas es el hombre, con su impacto en el medioambiente y su egoísmo en abusar de los recursos que provee la naturaleza.
Violencia es comer animales: Mientras que los medios de comunicación muestran ataques de terrorismo y conflictos armados entre distintos países, Voicot pareciera identificar que no todos estamos en paz, tratándose de que comer animales implica un acto de violencia. Lo que nos llevamos a la boca anteriormente pasó por un matadero, donde quién sabe a qué tipo de torturas estuvo expuesto.
Dejar de comer animales no es difícil, lo difícil es enfrentarse con uno mismo, con todo lo que aprendimos, con lo que nos enseñaron. Difícil es reconocer que nos estuvimos equivocando, que la erramos tantos años, la dificultad no está en dejar de saborear un trozo de carne, porque después de un tiempo ya empiezas a tomarle asco a eso, lo más difícil es pelear con uno mismo. Pero mama y papa y la tele y los amigos y los vecinos y la mayoría de las personas lo hacen, entonces nos escudamos detrás de ellos, porque ellos lo hacen y yo los quiero y entonces yo lo hago, pero esta mal lo que haces, esta mal lo que hacen, está mal y no hay otra palabra, eligen comer animales en vez de elegir no hacerlo, la vida frente a la muerte, la vida frente a la violencia, porque no es acaso eso matar un animal? No se escuchan los lamentos en los mataderos? Los camiones llevan animales cagados de miedo, llevan choferes enojados que los golpean, encima de pasar toda su vida encerrados, su viaje hacia la muerte es igualmente de tortuoso.