Guardaron recuerdos hace 50 años y lo que encontraron emocionó a todos

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Después de medio siglo sellada bajo tierra, la cápsula del tiempo más grande del mundo fue finalmente abierta en Seward, Nebraska, despertando una ola de emociones entre miles de personas que se reunieron para presenciar este momento histórico. Cartas, grabaciones, objetos personales y hasta un Chevy Vega amarillo perfectamente conservado fueron recuperados, conectando generaciones enteras con un pasado que parecía olvidado.

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La cápsula fue idea de Harold Davisson, un visionario que en 1975 propuso a la comunidad guardar recuerdos para el futuro. La iniciativa rápidamente se transformó en un fenómeno nacional: más de 3.000 personas enviaron mensajes, objetos y deseos dirigidos a sí mismos, a sus descendientes o a simples desconocidos del futuro.

Durante décadas, la cápsula fue resguardada por la comunidad de Seward. En su interior se almacenaron pilas de cartas manuscritas, grabaciones en casete, juguetes populares de la época como los pet rocks y hasta un traje de vivos colores. Lo más impresionante: un auto completo, envuelto cuidadosamente para resistir el paso del tiempo.

El evento de apertura fue conmovedor. Familias enteras, herederos y curiosos viajaron desde distintos puntos del país para reencontrarse con fragmentos de su historia personal. “No se trata de lo que hay dentro de la cápsula, sino de lo que hay dentro de nosotros”, dijo Chris Galen, al leer una carta escrita por su madre hace cinco décadas.

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Entre los objetos más valorados estuvieron los mensajes grabados de seres queridos fallecidos, dibujos infantiles y deseos para un futuro que hoy es presente. Según la hija del creador del proyecto, Trish Davisson Johnson, el 80% de los objetos se conservó en excelentes condiciones, gracias a la ingeniería y el cuidado que rodearon su creación.

Este reencuentro intergeneracional no solo celebró el pasado, sino que dejó una huella imborrable en el presente: un recordatorio de quiénes fuimos y quiénes soñábamos ser.

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