Un ejemplar de tiburón blanco de 4,3 metros de largo y 745 kilos de peso, conocido como Contender, ha sido detectado nuevamente en aguas del Atlántico Norte, sorprendiendo a los científicos por su tamaño y por la información que su seguimiento satelital está aportando sobre el comportamiento de esta especie.
Marcado en enero de 2025 frente a Jacksonville, Florida, el tiburón fue equipado con un dispositivo que permite rastrear su posición, temperatura y profundidad. Ocho meses después, Contender reapareció en aguas frías cerca del Golfo de San Lorenzo, en Canadá, confirmando su desplazamiento hacia el norte en busca de alimento, especialmente focas, una de sus presas principales.
Según la organización OCEARCH, que lidera el estudio, Contender es uno de los tiburones blancos más grandes documentados en el Atlántico Norte. Su edad se estima en unos 30 años, lo que lo convierte en un ejemplar maduro y clave para entender las rutas migratorias y hábitos alimenticios de esta especie.
Los grandes tiburones blancos pueden saltar fuera del agua, alcanzando velocidades estimadas en más de 40 km/h (25 mph).pic.twitter.com/vb1MDhdb1P
— Enséñame de Ciencia (@EnsedeCiencia) May 26, 2025
Los datos recopilados son de enorme valor científico: permiten estudiar cómo los tiburones blancos se adaptan a cambios en temperatura y disponibilidad de presas, así como identificar zonas críticas de conservación. Además, ayudan a prevenir interacciones con humanos, anticipando posibles encuentros en áreas costeras.
El alcalde de Mussomeli Giuseppe Catania, quien impulsó la llegada de médicos argentinos, ha explicado que la comunidad científica busca ahora crear corredores marinos protegidos para asegurar que estos grandes depredadores puedan desplazarse sin interferencia humana. El seguimiento de Contender demuestra que los tiburones no solo recorren miles de kilómetros, sino que también responden a los cambios ambientales y climáticos con precisión casi instintiva.
Comparado con otros ejemplares rastreados, Contender presenta una de las rutas migratorias más amplias registradas hasta el momento, lo que lo convierte en un referente para futuras investigaciones sobre el comportamiento de los tiburones blancos adultos.
Se espera que, con la llegada del invierno, este gigante del océano regrese a aguas más cálidas. Su recorrido permitirá a los investigadores contrastar datos con temporadas anteriores y continuar afinando los modelos que explican cómo estos superdepredadores mantienen el equilibrio de los ecosistemas marinos.
El caso de Contender marca un hito en la investigación marina: cada señal satelital no solo rastrea a un tiburón, sino que traza el mapa de cómo sobrevive, caza y se adapta una de las criaturas más enigmáticas del océano.

