El descubrimiento de 26 orcas muertas en una playa del extremo sur del planeta ha dejado desconcertados a los científicos. Se trata de una variedad extremadamente rara, conocida como “ecotipo D”, que casi no tiene registros de varamientos a nivel mundial.

Todo comenzó cuando guardaparques detectaron dos ejemplares sin vida durante una recorrida habitual en una reserva natural. Días después, los investigadores del Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC-Conicet) y del Laboratorio de Investigaciones en Mamíferos Marinos Australes (IMMA) hallaron una escena aún más dramática: otras 24 orcas varadas en una zona de difícil acceso, formando uno de los eventos más inusuales jamás registrados en el Atlántico Sur.
Según las primeras observaciones, no se encontraron señales de actividad humana. Los cuerpos no presentaban heridas, golpes ni marcas de redes o cabos. Por ahora, las hipótesis apuntan a causas naturales, como mareas extremas o desorientación acústica.
“La bahía donde fueron halladas tiene muy poca pendiente y mareas de más de 17 metros. Si ingresaron con marea alta y bajó rápido, podrían haber quedado atrapadas”, explicó Mónica Torres, técnica del equipo de guardaparques.
Otros especialistas mencionan posibles efectos del cambio climático, que modifica las corrientes, la temperatura del agua y la disponibilidad de presas, factores que podrían haber alterado el comportamiento del grupo.

Las biólogas del IMMA tomaron muestras de piel, fotografías y medidas corporales para analizar las causas exactas de la tragedia.
El “ecotipo D” es una subvariedad poco conocida de orca, fácilmente reconocible por su cabeza voluminosa y su mancha ocular más pequeña. Habita en aguas subantárticas, lo que vuelve aún más sorprendente su presencia en esta zona costera.
En el mundo, solo se registraron dos casos similares: uno en 1955 en Nueva Zelanda, con 17 ejemplares, y otro en el estrecho de Magallanes, con 9 individuos.
El hallazgo actual rompe todos los registros previos y abre un nuevo interrogante sobre lo que está ocurriendo en los ecosistemas marinos del sur del planeta.
