Hawái en alerta: una explosión de erizos de mar pone al borde del colapso a sus arrecifes de coral

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Un nuevo y preocupante fenómeno está ocurriendo en las aguas turquesas de Hōnaunau, una pintoresca bahía en Hawái conocida por sus arrecifes de coral y su popularidad entre buceadores: una explosión descontrolada de erizos de mar amenaza con llevar al ecosistema coralino “más allá del punto de recuperación”, según reveló una investigación reciente publicada en PLOS ONE.

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HANDOUT – Un paraíso submarino de cardúmenes de peces coloridos navegando entre arrecifes de coral despierta el entusiasmo de los buceadores en las aguas frente a Sharm el Sheij. Foto: Renata Romeo/Ocean Image Bank/The Ocean Agency/dpa – ATENCIÓN: Sólo para uso editorial con el texto adjunto y mencionando el crédito completo

La bahía, que alguna vez fue símbolo de biodiversidad marina, ahora alberga densidades récord de erizos de mar: más de 50 individuos por metro cuadrado, una de las concentraciones más altas registradas en cualquier arrecife del mundo. La responsable principal es la especie Echinometra mathaei, cuya presencia se ha disparado ante la falta de depredadores naturales, reducidos por la sobrepesca.

Aunque los erizos de mar cumplen una función ecológica clave al evitar la proliferación de algas, en exceso se convierten en una amenaza devastadora. Al alimentarse del sustrato coralino, provocan una erosión que, sumada al aumento de la temperatura del mar, la contaminación y el turismo descontrolado, está acelerando el deterioro del arrecife.

“El arrecife está creciendo 30 veces más lento que hace 40 años”, explica Kelly J. van Woesik, autora principal del estudio. Hoy, solo se producen 0.5 kilos de carbonato de calcio por metro cuadrado al año, cuando en los años 80 la cifra superaba los 15 kilos.

Esta caída dramática en el crecimiento compromete seriamente la capacidad del arrecife para proteger la costa de olas e inundaciones. “Si no puede seguir el ritmo del aumento del nivel del mar, las comunidades costeras estarán cada vez más expuestas”, advierte van Woesik.

El estudio también señala que al menos el 26% del arrecife debe estar cubierto por corales vivos para resistir la erosión causada por los erizos, pero esa cobertura está cada vez más lejos de alcanzarse.

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HANDOUT – Un paraíso submarino de cardúmenes de peces coloridos navegando entre arrecifes de coral despierta el entusiasmo de los buceadores en las aguas frente a Sharm el Sheij. Foto: Renata Romeo/Ocean Image Bank/The Ocean Agency/dpa – ATENCIÓN: Sólo para uso editorial con el texto adjunto y mencionando el crédito completo

A pesar del sombrío panorama, hay esperanza. Grupos locales en Hōnaunau trabajan activamente para reducir la pesca intensiva, mejorar la calidad del agua y restaurar el coral. Pero los investigadores coinciden en algo: el tiempo se agota.

“Estos arrecifes son los bosques lluviosos del mar. Si no actuamos ahora, podríamos perderlos para siempre”, concluye van Woesik.

Una advertencia urgente desde el corazón del Pacífico: proteger los arrecifes no es solo salvar la vida marina, sino también salvaguardar el futuro de las islas y sus habitantes.

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