A lo largo de más de dos décadas, Hélio da Silva, un visionario brasileño de 73 años, ha logrado una hazaña impresionante al sembrar más de 40.000 árboles en São Paulo. Lo que alguna vez fue un vertedero y foco de delincuencia en esta ciudad ahora se ha transformado en el Parque Lineal Tiquatira, un oasis verde en medio de la selva de cemento.
Todo comenzó en 2003, cuando Hélio, tras una caminata con su esposa por la zona, decidió que algo debía hacerse para revivir el lugar. Sin pedir permisos y usando sus propios recursos, este exejecutivo de la industria alimenticia comenzó a sembrar árboles en lo que parecía una misión solitaria y, en los ojos de muchos, una locura.
Sin embargo, su persistencia dio frutos. Con el tiempo, este pulmón verde de 3.2 kilómetros de largo y 100 metros de ancho fue tomando forma. Entre los más de 40.000 árboles que ha plantado, se incluyen 9.000 frutales, que han atraído a diversas especies de fauna, especialmente pájaros.
A pesar de haberse jubilado en 2022, Hélio sigue activo en su labor. Frecuentemente se le ve con una pala, explorando nuevos espacios para sembrar y asegurarse de que los árboles crezcan sanos. Su objetivo: alcanzar la meta de 50.000 árboles plantados y seguir demostrando la importancia de estos proyectos en tiempos de cambio climático.
El esfuerzo de Hélio ha inspirado a voluntarios que ahora lo ayudan en su misión. Su historia es un ejemplo del impacto que una sola persona puede tener en la lucha contra el cambio climático y en la creación de espacios verdes que mejoren la calidad de vida en las ciudades.