Holanda toma una decisión histórica y prohíbe dos de las razas de gatos más populares desde 2026

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A partir del 1 de enero de 2026, los Países Bajos prohibirán la compra, cría y tenencia de gatos Scottish Fold y Sphynx, dos de las razas más reconocidas —y también más polémicas— del mundo felino. La medida, impulsada por el gobierno neerlandés, busca evitar el sufrimiento animal asociado a problemas genéticos y de salud, y prevé multas de hasta 1.500 euros para quienes incumplan la normativa.

La decisión forma parte de una política más amplia de protección del bienestar animal, que en los últimos años ya había endurecido las reglas para otras especies y razas, como los perros braquicéfalos. En este caso, las autoridades apuntan directamente a características físicas seleccionadas por el ser humano que terminan generando dolor, enfermedades crónicas y una menor calidad de vida.

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La prohibición no será retroactiva. Quienes ya convivan con un Scottish Fold o un Sphynx podrán seguir haciéndolo, siempre que el animal esté identificado con microchip. Sin embargo, no se permitirán nuevas adquisiciones de gatos nacidos después de la fecha límite, ni tampoco su reproducción.

Según explicó el ministro de Naturaleza, Jean Rummenie, el objetivo es claro: “Evitar el sufrimiento innecesario de los animales”. En los Países Bajos, de hecho, la cría de estas razas ya estaba prohibida desde 2014, pero ahora el gobierno decidió avanzar un paso más y limitar también su tenencia.

En el caso del Scottish Fold, el problema radica en su rasgo más distintivo: las orejas dobladas hacia adelante. Esta característica no es solo estética, sino consecuencia de una mutación genética que afecta al cartílago y está directamente relacionada con la osteocondrodisplasia, una enfermedad que provoca dolor, problemas articulares y dificultades de movilidad a lo largo de la vida del animal.

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Los Sphynx, conocidos por su ausencia de pelaje, tampoco escapan a la polémica. La falta de pelo los vuelve más vulnerables al frío, al calor y a la radiación solar. Además, son propensos a problemas dermatológicos, infecciones cutáneas, dificultades para regular su temperatura corporal y requieren cuidados veterinarios constantes. La ausencia de bigotes y la necesidad de limpiar frecuentemente sus orejas también afectan su bienestar diario.

La normativa contempla una excepción: los gatos de estas razas que ya se encuentren en refugios antes de 2026 podrán ser adoptados, aunque seguirá estando prohibida su reproducción. Con esto, el gobierno busca no castigar a los animales existentes, pero sí poner fin a la demanda futura.

Con esta medida, Holanda refuerza un mensaje contundente que empieza a ganar terreno en Europa: la estética no puede estar por encima de la salud y la calidad de vida de los animales. Una decisión que promete abrir debate y sentar precedente en otros países.

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