El 21 de julio de 2024 marcó un nuevo hito en el cambio climático: se registró el día más caluroso en la historia de la Tierra, según datos preliminares del Servicio de Cambio Climático Copernicus de la Unión Europea. Esta temperatura de 17,09 grados Celsius supera el récord anterior de 2023, estableciendo un nuevo máximo histórico para las temperaturas globales promedio desde al menos 1940.
El calentamiento global ha sido el principal factor detrás de este fenómeno, impulsado en gran parte por la contaminación por combustibles fósiles. A pesar de que las temperaturas globales suelen alcanzar su punto máximo durante el verano del hemisferio norte, el récord del domingo se logró en un contexto de calor extremo prolongado que afecta a ciudades en Estados Unidos y Europa.
Este evento ocurre en un período de temperaturas globales que, según los científicos, son las más cálidas que el planeta ha experimentado en al menos 100.000 años. Los registros de temperatura actuales, aunque basados en datos desde mediados del siglo XX, muestran solo una pequeña diferencia de 0,01 grados Celsius sobre el récord de 2023. Sin embargo, esta pequeña fracción refleja un territorio inexplorado en términos de aumento de temperatura.
El director de Copernicus, Carlo Buontempo, destaca que estos récords recientes son «realmente asombrosos» y advierte que es probable que se continúen batiendo récords en los próximos meses y años. A pesar de la influencia natural de fenómenos como El Niño y La Niña, el impacto de la actividad humana sigue siendo predominante.
El reciente aumento de temperaturas globales también está vinculado a un calor inusual en gran parte de la Antártida, una región cuyo rápido calentamiento podría tener consecuencias catastróficas, como el aumento del nivel del mar. Los datos sugieren que la crisis climática provocada por el hombre está acelerando el calentamiento global, subrayando la necesidad urgente de acciones para mitigar el impacto del cambio climático.