El episodio ocurrió ya hace algunos días, precisamente el pasado 23 de mayo, pero logró trascender en la agenda de varios portales en las últimas horas.
Resulta que la aerolínea low cost Eurowings, perteneciente al grupo Lufthansa, decidió, como tantas otras, retomar su operación aérea. Sin embargo, en el afán por volver a la carretera y continuar brindando tan pronto como sea posible su servicio, olvidó considerar el estado de situación de las diferentes ciudades que integran el continente europeo y el contexto en el cual se encuentran las principales terminales aeroportuarias.
De haber tomado todas las precauciones correspondientes no hubiera sucedido el incidente que involucró a un vuelo entre Alemania e Italia. Sí, efectivamente: uno de los vuelos de esta compañía aérea partió desde Düsseldorf rumbo a Cerdeña, pero no pudo aterrizar y debió volver porque el aeropuerto de Olbia (situado al nordeste de Cerdeña) estaba cerrado para el tráfico comercial.
Este desprolijo evento se debió a que, para aquel entonces, Italia tenía abiertos muy pocos aeropuertos, considerando que sus fronteras permanecían cerradas y recién abrirían el 3 de junio para turistas europeos. El portavoz de Eurowings culpa a “un malentendido en la consolidación de la información relevante del vuelo”.
Propusieron a la aerolínea un desvío a Cagliari, a unos 200 kilómetros de distancia, según informó el periódico italiano Corriere Della Sera, pero la tripulación de vuelo optó por reducir sus pérdidas y regresar a Düsseldorf.
Otro dato por demás anecdótico aún para este frustrante viaje es que el avión trasladaba… ¡sólo a dos pasajeros!
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