El primer ministro de Japón, Fumio Kishida, anunció que el país cerrará sus fronteras desde el próximo martes, 30 de Noviembre, frente a los temores por la nueva variante de COVID-19, Ómicron.
La medida más reciente de las autoridades de Japón fue anunciada luego de que se supiera que Israel también tomó la decisión de cerrar sus fronteras, teniendo en cuenta qué tan contagiosa es esta nueva variante de coronavirus frente a las anteriores.
«Estamos tomando medidas con un fuerte sentido de urgencia«, dijo Kishida, agregando que el país, que actualmente con un 76% de la población completamente vacunada, estará cerrado para todos los extranjeros. En este sentido, la medida también incluye a estudiantes y personas que viajen por cuestiones de negocios. De la misma forma, se realizaran controles más severos, teniendo en cuenta la rapidez con la que esta nueva variante Ómicron se está moviendo por el mundo.
Las personas que sean ciudadanas nativas o residentes de Japón podrán regresar sin problemas, en tanto quedan exceptuadas de esta nueva medida. A pesar de eso, quienes provengan de países en los que se ha detectado esta nueva variante, tendrán que cumplir con un período de cuarentena en sitios designados, según informó el sitio de noticias Independent.
La nueva variante de COVID-19, la cual se ha llamado Ómicron, fue detectada por primera vez en Sudáfrica y varios lugares ya han comenzado a tomar diversas medidas para intentar evitar una propagación masiva. Algunos de ellos son Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Brasil y Argentina.
En el caso de Argentina, se anunció que todas las personas que lleguen desde el continente africano o las zonas que se determinen como afectadas, o hayan estado allí en los últimos 14 días, tendrán que estar completamente vacunadas, presentar un PCR negativo realizado dentro de las 72 horas previas a su llegada, hacer una prueba de antígeno una vez en argentina y cumplir con la cuarentena obligatoria. Además, al décimo día se tendrán que realizar otro PCR y si el resultado es negativo, podrán abandonar el aislamiento.
Si bien hasta el momento no se sabe qué tan fuerte es la variante Ómicron frente a las vacunas que se han desarrollado, la Organización Mundial de la Salud ha calificado el riesgo general a nivel global como «muy alto».