La ciencia ficción está a punto de convertirse en realidad. Japón, conocido por sus avances tecnológicos, planea dar un salto histórico al comenzar la construcción del primer ascensor espacial del mundo. El proyecto, liderado por la empresa Obayashi Corporation, podría iniciar en 2025 y promete transformar por completo la forma en la que la humanidad accede al espacio… y genera energía.
El plan es tan audaz como fascinante: un cable de 96.000 kilómetros de largo, compuesto por nanotubos de carbono, conectará la Tierra con una estación en órbita geoestacionaria a 36.000 km de altitud. La estructura estará anclada a una base terrestre cerca del ecuador y sostenida por una nave espacial que actuará como contrapeso desde el extremo más lejano.
Este tipo de nanotubos, descubiertos en 1991, son tan livianos como resistentes, y han sido clave para imaginar estructuras que antes parecían imposibles. A lo largo del cable, un vehículo llamado Climber subirá y bajará, transportando materiales, personas e infraestructura al espacio sin usar cohetes ni combustibles fósiles.
Mucho más que un medio de transporte
El ascensor no solo busca facilitar el acceso al espacio. Uno de sus objetivos más ambiciosos es convertirse en una fuente de energía solar constante. En la órbita geoestacionaria, se instalarán enormes paneles solares capaces de recolectar radiación durante las 24 horas del día, sin interrupciones por clima o rotación terrestre.
La energía captada será enviada a la Tierra en forma de microondas y recibida por una gigantesca antena de 2,5 km de diámetro ubicada sobre el mar. Este sistema permitiría generar electricidad de forma continua, limpia y sin emisiones, avanzando hacia la meta japonesa de neutralidad de carbono para 2050.
El futuro ya empezó
La Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA) y el Ministerio de Ciencia ya están realizando pruebas desde 2022. Si todo avanza según lo previsto, el ascensor podría operar por primera vez en 2050. Este megaproyecto convertiría a Japón en pionero de una nueva era tecnológica, redefiniendo el acceso al espacio y el abastecimiento energético del planeta.
Lo que alguna vez fue un sueño de ciencia ficción, hoy se perfila como una obra de ingeniería sin precedentes. El ascensor espacial está cada vez más cerca… y su primer paso podría comenzar este mismo año.