Hace dos años, Mike, un joven alemán de 17 años, se despedía de sus papás para hacer su primer viaje solo. El destino elegido: Malta. Todo iba bien, hasta que su padre se comenzó a preocupar cuando su hijo no volvió a su casa cuando debía.
Bernd Mansholt, el padre de Mike, comenzó una larga y desesperada búsqueda para encontrar a su hijo que nunca subió al avión que lo llevaría a su casa.
Al principio, dentro de la preocupación, intentó mantenerse tranquilo pensando que podía haber perdido su vuelo, el teléfono o que algún otro contratiempo común podría haber sucedido.
«Algo no está bien. Algo debe haberle sucedido»
Durante los últimos dos años, ha buscado la verdad sobre su hijo. Viajó a Malta, interrogó a testigos, se ha extraviado y le han mentido; reconstruyó el viaje de su hijo basándose en informes policiales, archivos de investigación y cualquier cosa que pudiera ayudar a armar el enigma de lo que podría haber ocurrido.
Bernd Mansholt lo sabe todo sobre este primer y último viaje de su hijo. Menos la razón de su muerte.
El cuerpo, unos días después de comenzar la búsqueda, fue encontrado en un acantilado. Primero le dijeron que estaba todo quebrado y después lo negaron. Todas sus pertenencias desaparecieron, sobre todo las que eran clave para la investigación, como su cámara GoPro. Y, sobre todo, las autoridades realmente no ayudaron, se contradijeron todo el tiempo y el padre sintió que siempre ocultaron información.
Como si eso fuera poco, cuando logró que le enviaran el cuerpo de su hijo a Alemania, llegó pero sin los órganos. Sumando más misterio al caso.
Un caso sin resolver, ¿lo mataron? Si lo mataron, ¿por qué lo mataron? ¿Por qué razón parece que las autoridades maltesas esconden información? ¿Qué o a quién intentan cubrir? ¿Y los órganos? Miles de preguntas que sus padres quieren responder.