En medio del río Bidasoa, que marca la frontera natural entre España y Francia, existe un pequeño islote de apenas 6.820 metros cuadrados que esconde una historia única de diplomacia y cooperación internacional. Se trata de la Isla de los Faisanes, el único territorio en el mundo que cambia de nacionalidad cada seis meses.

Según lo establecido en el Tratado de Bayona de 1856, la administración del islote se alterna entre ambos países: España ejerce el control del 1 de febrero al 31 de julio, mientras que Francia lo hace del 1 de agosto al 31 de enero. Este sistema de soberanía compartida lo convierte en un condominio internacional excepcional, símbolo de convivencia pacífica y acuerdos diplomáticos duraderos.
La isla no solo es un ejemplo de cooperación, sino que también tiene un fuerte valor histórico. En 1659 fue escenario del Tratado de los Pirineos, que puso fin a la guerra entre ambos reinos, y un año más tarde fue testigo del matrimonio entre Luis XIV de Francia y María Teresa de Austria, uniendo a las dos coronas y consolidando la paz.

Hoy, la isla permanece cerrada al público y solo abre sus puertas en las ceremonias oficiales de traspaso de soberanía. Aunque pequeña e inaccesible, la Isla de los Faisanes demuestra que incluso el territorio más diminuto puede convertirse en un símbolo mundial de diplomacia, cooperación y estabilidad.

