Las olas de calor que han azotado a Europa en las últimas dos décadas han dejado una huella devastadora en la mortalidad de su población, revela un nuevo informe publicado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y el Servicio de Cambio Climático de Copernicus.
Según el informe ‘Estado del Clima en Europa en 2023’, las muertes relacionadas con el calor extremo han experimentado un preocupante aumento del 30% en los últimos 20 años. Este incremento en la mortalidad se ha traducido en una dolorosa realidad para los europeos, quienes han tenido que enfrentar sequías cada vez más intensas y temporadas de calor implacables.
El análisis confirma que el año 2023 fue el segundo más cálido registrado, con un récord de días con estrés térmico extremo. En algunos puntos del continente, la sensación térmica superó los 46°C, representando una seria amenaza para la salud, especialmente para personas vulnerables como ancianos o aquellos con problemas de salud preexistentes.
La exposición a estas temperaturas extremas ha dejado al menos dos millones de personas en riesgo y ha causado daños económicos millonarios. Rebecca Emerton, científica climática de Copernicus, advierte que esta tendencia al alza en los días de ‘shock térmico‘ es una realidad en toda Europa.
El impacto se siente con mayor intensidad en las ciudades, donde los materiales de construcción retienen más calor, exacerbando la sensación de calor extremo. Las cifras son alarmantes: 23 de las 30 peores olas de calor registradas en Europa se han producido en el último siglo.
Álvaro Silva, climatólogo de la OMM, señala que este aumento en la mortalidad afecta a la mayoría de las regiones europeas y representa una preocupación urgente. Aunque las cifras exactas no están disponibles, se estima que miles de personas han perdido la vida debido al calor extremo durante los veranos de 2023, 2022, 2010 y 2003.
En conclusión, el aumento en la mortalidad por olas de calor extremo en Europa subraya la urgencia de tomar medidas decisivas para abordar el cambio climático y proteger la salud y el bienestar de las comunidades vulnerables en todo el continente.
