La comunidad de Puerto de la Cruz, en Tenerife, sigue en estado de conmoción tras un episodio que quedó registrado en video y que rápidamente se viralizó en redes sociales: una ola gigantesca golpeó con fuerza el espigón de la localidad y arrastró a un grupo de personas que caminaba por la zona, pese a las advertencias oficiales por el fuerte oleaje.
Según informó el medio local El Progreso, el suceso ocurrió este sábado, cuando las condiciones del mar eran especialmente peligrosas. El 112 de Canarias había alertado repetidamente sobre fenómenos costeros adversos, pero aun así varios vecinos y turistas permanecían cerca del borde para observar el mar embravecido.
Las imágenes difundidas muestran una escena tan impactante como estremecedora: en apenas segundos, una masa de agua de enorme potencia golpea el espigón, envuelve a quienes estaban allí y los arrastra sin posibilidad de reacción. Los gritos, la confusión y la fuerza del mar crearon un momento de auténtico pánico.
Los servicios de emergencia acudieron de inmediato, con apoyo de la Policía Local, ciudadanos que se encontraban en el lugar y cinco ambulancias del Servicio de Urgencias Canario. A pesar de los esfuerzos, una mujer que había sido rescatada en parada cardiorrespiratoria perdió la vida poco después. Otras nueve personas resultaron heridas, tres de ellas de gravedad.
El trágico episodio reaviva un mensaje que las autoridades insisten en subrayar: la necesidad de extremar las precauciones ante alertas por fuerte oleaje y evitar acercarse a muelles, espigones, rocas o zonas de riesgo. En contextos donde la naturaleza muestra toda su fuerza, unos pocos metros pueden marcar la diferencia entre observar con seguridad o quedar expuesto a un peligro mortal.
La ola que golpeó Tenerife sirve como un recordatorio estremecedor: el mar puede ser impredecible y brutal, incluso para quienes creen conocerlo bien.
