El alcalde de Venecia anunció que a cualquier persona que grite «Allahu Akhbar» en la ciudad se le disparará.
El alcalde Luigi Brugnaro dio la orden mientras hablaba en una conferencia en Rimini, en la costa adriática de Italia, esta semana después del ataque terrorista de Barcelona.
Él dijo: «Cualquiera que grite «Allahu Akbar» en la Plaza de San Marcos puede esperar ser abatido por los francotiradores en menos de cuatro pasos.»
Esta medida la aplican porque quieren aumentar la seguridad de la población en lo que respecta al terrorismo. De hecho, hace unos meses, fueron detenidos cuatro terroristas en Venecia que querían estallar el puente de Rialto.
«Ellos dijeron que querían ir y conocer a Alá, así que los enviaremos directamente a Allah sin tener que tirarlos del puente, simplemente les dispararemos.»
Dicen que cuando se anunció esta medida, fue supuestamente recibida por una ronda de aplausos de la audiencia. Sin embargo, después del debate, el alcalde de Florencia, Don Nardella, irrumpió en una habitación gritando ‘Allahu Akbar’ haciendo un «chiste» a todos los presentes (a mi no me causa).
Nardella posteriormente se disculpó por hacer el chiste desagradable tras el ataque de Barcelona. Él escribió una disculpa en su página de Facebook, que decía: «Lo siento, por ciertas palabras que fueron capturadas en video y publicadas en línea».
«No tenía la intención de ofender a nadie, ni mucho menos a la comunidad musulmana, ni pretendía bromear sobre su religión ni evocar los trágicos acontecimientos de los últimos días.»
Allahu Akbar es una frase árabe que se traduce literalmente como «Allah es mayor», pero a menudo es mal traducida como «Dios es grande».
Es una de las frases más usadas en el Islam y es a menudo recitada por los musulmanes como un recordatorio de su creencia de que Dios es mayor que cualquier otra deidad o persona. También suele ser recitada antes de los ataques terroristas.
Trece personas murieron la semana pasada después de que una furgoneta blanca chocó contra una multitud en la zona turística de Las Ramblas, en Barcelona, hiriendo a más 130 personas.
