Con apenas 26 años, Rachel Gilmour no solo está a los mandos de un avión comercial: también se convirtió en una de las capitanas más jóvenes del mundo. Pero a pesar de su uniforme impecable, su porte profesional y su habilidad para comandar una aeronave con más de 100 pasajeros, muchos aún la confunden con una azafata.

“Me pasa seguido. Camino hacia la cabina y más de un pasajero me pregunta si les puedo traer agua”, cuenta entre risas. Rachel rompe estereotipos y no se inmuta. Sabe que su juventud y su género siguen sorprendiendo en un mundo donde la mayoría de los capitanes aún son hombres mayores.
La joven piloto comenzó su formación a los 19 y, en apenas siete años, alcanzó uno de los rangos más codiciados en la aviación. Pero no fue fácil: entre simuladores, horas de vuelo y exámenes técnicos, también tuvo que enfrentar prejuicios y demostrar que su lugar está en el asiento del comandante.

“Lo importante es que cada vez más mujeres se animan a seguir esta carrera”, afirma. Y ella misma se convirtió en referente para miles de chicas que, al verla, descubren que el cielo también puede ser suyo.
Rachel no solo pilota aviones. También abre caminos. Y si alguien duda de su capacidad, ella simplemente sonríe… y despega.
Un comentario
Felicitaciones a Rachel Gilmour, por ta importante logro. Y con esto nos demuestra que no hay nada imposible, que todo propósito, es alcansable.
Felicidades Rachel.
Desde la ciudad de Temuco/ Chile. un gran saludo.