En el sur de Brasil, en el estado de Río Grande do Sul, se encuentra la Playa de Cassino, considerada la más larga del mundo con sus impresionantes 230 kilómetros de extensión. Este arenal infinito no solo deslumbra por su tamaño, sino también por los múltiples atractivos que ofrece a quienes lo visitan.
Cassino se extiende desde la barra del río Grande hasta la desembocadura del arroyo Chuí, en la frontera con Uruguay. Sus tramos permiten recorrer la costa en vehículos 4×4, descubrir rincones escondidos y disfrutar de la sensación de libertad que regala la inmensidad del Atlántico.
Uno de sus puntos más visitados es el navío Altair, encallado desde junio de 1976 tras una potente tormenta. Llegar a este barco varado implica recorrer unos 16 kilómetros de playa, generalmente a bordo de vehículos que avanzan junto al mar.
La playa también es un paraíso para los amantes de la naturaleza y los deportes acuáticos, gracias a su gran biodiversidad, ideal para la observación de aves y otras actividades al aire libre.
Pero si algo ha puesto a Cassino en el mapa internacional es la Cassino Ultra Race, la ultramaratón de playa más larga del mundo. Con un recorrido de 230 kilómetros sobre arena, esta prueba extrema desafía a corredores de todo el continente, enfrentándolos a condiciones de viento, humedad y terreno uniforme que ponen a prueba tanto la resistencia física como la mental. Este año, la competencia se celebrará en septiembre, con alternativas de 135 y 65 kilómetros para quienes buscan un reto menos exigente.
Así, Cassino no es solo una playa: es un escenario único donde el turismo, la historia y el deporte se encuentran, ofreciendo a cada visitante una experiencia inolvidable en contacto directo con la fuerza y la belleza del Atlántico.
