Se trata de una iniciativa por la cual cientos de ciudadanos napolitanos han recibido cartas firmadas por El Vaticano. Una joven ha narrado a modo de hilo en Twitter la secuencia vivida en su hogar luego de que a su padre le llegara una, que por cierto, según dice, no ha tenido relación cercana con la religión desde hace años luz. ¿El motivo? Las cartas indican una dirección para ir a retirar algún otro papel y ¡zaz, la emboscada perfecta! Lo que hay del otro lado es solo una multa o infracción mayormente por temas de tráfico.
Esta historia me parece de lo más excelente. No solo por la creatividad e inventiva para llegar a una idea como tal, si no también porque resumiría perfectamente ese dicho que refleja «El que ríe último, ríe mejor». Y, quizás, el nivel de hartazgo que habrá experimentado la policía de Nápoles ha sido tal que un poco de risa no les ha venido mal.
Nápoles es una ciudad del sur de Italia que se ubica en el golfo de Nápoles. Cerca se encuentra el monte Vesubio, el volcán aún activo que destruyó la cercana ciudad romana de Pompeya. Valentina Raffio, una joven oriunda de la localidad y periodista especializada en ciencia y crisis climática, ha contado cómo la policía multó a su padre haciéndose pasar por El Vaticano, una ciudad estado ubicada dentro de Roma (a unos 240 km de Nápoles):
«El otro día me llama mi madre y me dice: «Acaba de llegar una carta certificada para tu padre desde el Vaticano». Una carta. Certificada. Desde el mismísimo Vaticano. Para mi padre, que no pisa una iglesia desde la primera comunión. Y claro, ahí empezaron las especulaciones…«, decía Raffio, en el primer mensaje del que luego se convertiría en un hilo insuperable que ha logrado los más de 71 mil ‘me gusta’.
Luego de confesar los disparatados pensamientos que tuvieron lugar en la casa de Valentina, la joven concluye contando que al parecer la policía de Nápoles se ha dado cuenta que si envía cartas certificadas desde la misma ciudad la gente no las va a buscar porque se imagina que son malas noticias. No obstante, si las cartas se envían desde ‘Poste Vaticane’ el asunto parece tomar otro color. «Usar el Vaticano como señuelo para entregar multas es lo más napolitano que se me ocurre. Lo tiene todo. Drama, misterio, traición…«, finalizó la joven.