Muchas de las temperaturas al rededor del mundo son medidas a través de las estaciones meteorológicas, pero muchas de estas no pueden medir las temperaturas de la Antártida. Razón por la cual un grupo de científicos decidió recopilar los datos satelitales y ver los resultados que lograban conseguir.
El estudio, publicado en Geophysical Research Letters, que utilizó los datos satelitales recopilados durante el invierno del hemisferio sur entre 2014 y 2016, arrojó que las temperaturas en la superficie de la nieve que caían regularmente por debajo de los -90 ºC casi cada invierno y en una amplia región de la meseta, a más de 3.500 metros sobre el nivel del mar. Y, dentro de esta región, detectaron docenas de sitios con temperaturas más frías: casi 100 localizaciones alcanzaron temperaturas en la superficie de -98 ºC.
El récord de -98 ºC es lo más frío que puede llegar a experimentar la superficie terrestre
Con estos resultados, queda demostrado que las temperaturas más frías de la Tierra no sólo ocurren con los cielos despejados, sino que además el aire tiene que ser extremadamente seco, pues el vapor de agua bloquea la pérdida de calor procedente de la superficie de la nieve.