El planeta está repleto de especies impresionantes, cuya simple observación es todo un espectáculo para quienes tienen el placer de poder compartir espacio con ellas.
Sin embargo, muchas de ellas se enfrentan a una irremediable extinción. Y precisamente este podría ser el caso de la tortuga Elusor macrurus, un peculiar reptil endémico del río Mary, en Australia, que forma parte de la lista de animales en peligro de extinción de la Sociedad Zoológica de Londres (SZL).
Esta tortuga es un animal sumamente peculiar: su cabeza está adornada con una especie de cresta punk de color verde. Además, también es muy extravagante su forma de respirar, ya que, al contrario que otras tortugas, cuenta con una especie de branquias que le permiten mantenerse sumergida en el agua durante tres largos días.
Pero eso no es todo, pues estas estructuras se encuentran en el interior de la cloaca, que resulta ser el orificio que utilizan tanto para excretar como para aparearse. Efectivamente, respiran a través de los genitales.
Sin duda todo esto lo convierte en un animal muy especial, pero también ha supuesto su condena, ya que durante años los australianos han capturado sus huevos para criarlos como mascotas.
Conocida cariñosamente como la «tortuga punk», Mary River Turtle fue clasificada por la Sociedad Zoológica de Londres en su lista de Distinciones Evolutivas y Amenaza Global, activando llamadas de alerta para proteger mejor al reptil australiano.
La especie se ubica en el puesto 30 en la lista Evolutionarily Distinct y Globally Endangered (Edge) de los reptiles de la Sociedad Zoológica de Londres.
Por eso, alertaron sobre la necesidad de tomar medidas para proteger la especie, ya que, de no hacerse, en un futuro este singular animal podría convertirse en poco más que un recuerdo anecdótico de quienes tuvieron la oportunidad de verlo.
Increíblemente, estas tortugas se vendieron en tiendas de mascotas en masa durante las décadas de 1960 y 1970. De hecho, se estima que se enviaron alrededor de 10,000 huevos al año en el transcurso de 10 años. Desafortunadamente, la gran demanda de estas tortugas como mascotas es una de las principales razones de su declive.
Esto, junto con la pérdida de hábitat debido a la construcción de presas, ha sido devastador para la población. A medida que las tortugas de Mary River alcanzan la madurez bastante tarde, sus tasas de reproducción no han podido mantener a la población. Actualmente, sólo quedan unas 10,000 tortugas Mary River en estado salvaje.