Las 7 mejores experiencias gastronómicas callejeras de América Latina contadas por un estadounidense

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Redactora Social
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Los chicos de «Nowhere men adventures» hicieron un súper viaje desde Nueva York hasta Argentina en el que sin dudas la comida callejera fue la estrella. No solo porque no tenían un peso, sino porque es la mejor manera y la más rápida de conocer los verdaderos sabores locales. Aquí está el top 7 de estos muchachos:

7. Empanadas en Chile

Las empanadas son el alimento básico en las calles de Chile. Pero cuando vas a comprar tienes que tener cuidado ya que la calidad varía un montón de puesto a puesto. Lo mejor de lo mejor se puede encontrar en ciertos lugares reconocidos, como el que fueron que se ubica entre la carretera entre Valparaíso y Santiago.

Si estás llendo a la tienda de la esquina a comprar las cosas que te faltan y decides comprar una empanada en cualquier puesto que te encuentras quizás no la termines disfrutando. Ellos nos contaron que más de una vez muertos de hambre lo hicieron y ni así les gustaron. La clásica empanada chilena es el pino, hecha con carne picada, cebolla y pasas en una masa de harina al horno. Ah, y cuidado con la aceitunas escondidas, no te vayas a ahogar!

6. Pupusas en El Salvador

A los chicos de «Nowhere men adventures» les dio la idea que las gente de El Salvados come pupusas al menos tres veces por día. Básicamente se pueden describir como un hot cake frito. Para los salvadoreños las variedades más típicas son revueltos (queso, chicharrón y frijoles refritos), quesillo (un queso muy común en Centroamérica) y loroco (una opción vegetariana hecha de una flor de vid).

Las pupusas fueron un éxito constante durante su corta estancia (de dos semanas) en El Salvador. Su pupusa favorita fue la que probaron una noche que salieron con su anfitrión Arcángel, después de una agotadora semana de voluntariado en su granja.

5. Carne y salchipapas en la Plaza Trinidad en Cartagena, Colombia

El calor del Caribe mantiene la fiesta a todas horas en la ciudad costera de Cartagena. Pero cuando cae el sol hay otra cosa que motiva más a la gente… la comida callejera en la Plaza Trinidad. Una docena de vendedores se instalan en la plaza al atardecer y esperan que la vida nocturna cobre vida. Este fue un lugar idealmente barato para disfrutar de una buena noche: tomaron unas cuantas cervezas, conocieron mucha gente y cenaron.

Una de las comidas más populares eran los kebabs. También estaban las salchipapas (son básicamente papas fritas cubiertas con una mezcla de carnes y salsa por arriba). Tenga cuidado, porque las clases de Zumba estallan de un momento a otro, en el centro de la plaza, sin previo aviso.

4. Baleadas en Honduras

Baleadas

Realmente amaron las baleadas. Después de haber comido maíz en casi todas las comidas desde México a Guatemala, pasando por El Salvador… el cambio a tortillas de harina fue renovador y sin saberlo muy necesario para sus papilas. La forma más típica de las baleadas son los sencillos, que incluyen queso, crema y frijoles refritos.

También hay otras opciones para agregar como los huevos revueltos (son una adición clásica). Pero si realmente quieres una comida abundante, puedes pedir que también le pongan aguacate, carnes, salsa y verduras. Si sientes que nada te va a llenar intenta con la «Baleada Challenge», una prueba para ver cuántas baleadas puedes comer en una sola sentada.

3. Tacos del lado no turístico del túnel de Santa Fe en Guanajuato, México

Justo antes de entrar en el túnel oscuro para explorar la vida nocturna de Guanajuato, un aroma único detuvo su atención. Un hombre que manejaba un modesto puesto de la calle estaba preparando tacos como nadie más que hayas visto en tu vida. Pidieron uno para dividir. Santo señor… inmediatamente pidieron 3 más. A unos 60 centavos de dólar por taco, simplemente no podían parar de pedir. Entonces, ¿por qué parar? Sí, pidieron 2 más.

Los sabores explosivos que estaban experimentando fueron suficientes para hacerlos creer en un Dios. Cuando le dijeron que eran los mejores tacos en todo México, parecía no estar sorprendido. «Claro», reconoció con orgullo. Lo que realmente estaban conociendo era la comida mexicana, directamente de las calles. Tan bueno, de hecho, que nunca volvierona disfrutar de igual manera una comida en su restaurante mexicano favorito en Nueva York.

2. Tortas en la ciudad de México, México

TORTAS MEXICO

Saben que no es justo que México tenga dos puestos en esta lista, pero es sólo porque tienen la mejor comida callejera en el hemisferio occidental. Por menos de un dólar (entre 10 y 15 pesos), puedes comer una torta enorme (sándwich mexicano). Pero aquí va la meritita verdad: literalmente, cada vendedor ambulante de comida en la Ciudad de México ofrece platos increíbles a sus clientes.

Fue en la Ciudad de México que su español dio un gran salto, y definitivamente ordenar comida en la calle tuvo mucho que ver. Hay algo sobre los deliciosos tacos y tortas que les hacían sacar sus mejores habilidades a la hora de hablar su segundo idioma.

1. Sándwich de carne, al lado de la autopista en Mendoza, Argentina

El Santo Grial. Casi al mediodía llegaron a Mendoza, el epicentro de la región vinícola argentina. Una pequeña parrilla al costado de la de carretera, con una modesta lona como techo y un par de camiones a los costados llamaron su atención. Cocinar a la parrilla (hacer asado) es la manera más típica de comer en Argentina. Ahí encontraron pedazos de carne colocados estratégicamente sobre carbón encendido. Todavía no habían comido nada en el día, así que solo fue necesaria una mirada entre ellos para acercarse al lugar rápidamente.

Cuando llegaron estaban terminando de preparar un par de sándwiches para los camioneros que estaban esperando. Con sólo unos pocos pesos y un par de dólares en la mano, juntaron la plata necesaria para tres sándwiches de solomillo.

Titular a esa comida como satisfactoria, suculenta o sencillamente deliciosa le quitaría el significado simbólico que tuvo para ellos. Durante mucho tiempo habían esperado probar la carne argentina… y después de viajar desde Nueva York, siendo su última parada, lo hicieron. Ese sándwich fue algo que estaban deseando desde hacía mucho tiempo. Fue una gran manera de comenzar su corta estancia en la región vinícola de Argentina.

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