Armenia: un país desconocido por muchos pero adorado por quienes se animan a visitar esos lugares “diferentes” a las guias de viaje tradicionales. Un país con más de 5 mil años de historia documentada, donde las edificaciones históricas y la cultura armenia se fusiona con la gastronomía y la aventura en sitios naturales difícilmente de encontrar en otros países del mundo.
En este post te contaremos las 5 razones por las que deberías planificar tu próximo viaje por Armenia: un país con una cultura e historia enriquecedora que enamora a todo viajero que la visita.
1. Hospitalidad
Armenia es un país habitado por solo 3 millones de personas, lo que hace que sea un sitio donde no existen las acumulaciones de personas, el tránsito intenso o incluso las largas filas de turistas para visitar los sitios más importantes. Es un lugar donde tener una conversación con un local puede hacerse en cualquier sitio y ellos se interesan por mostrar su propia cultura a todo aquel que visita el país.
Este país es ese sitio donde uno puede visitar los mercados, sentirse parte de la cultura del lugar y sentirse “obligado” (con el mejor sentido de la palabra) a degustar de los sabores, preguntar “¿y esto qué es?” y que antes de responder digan “pruébalo y siente el sabor” y ellos luego te dirán.
Un sitio donde las sonrisas no faltan y la buena hospitalidad invitan al viajero a disfrutar desde otro lado, desde un lado más humano que turista que solo se interesa por las fotos instagrameables de un lugar.
2. Mucha historia en un mismo lugar
Armenia es el primer país que ha declarado el cristianismo como su religión oficial, esto hace que haya diversos monasterios localizados en distintas zonas del país. También hay mezquitas que invocan a la paz entre religiones y al concepto más importante: coexistir.
Un sitio donde no importa la religión de cada uno, sino que lo primordial es aprender a respetar a que otra persona puede opinar distinto. Algunos de los monasterios principales (puesto que hay cientos) que visitar son:
- Monasterio de Tatev: un monasterio en medio de la montaña, datado del siglo IV, derrumbado por un terremoto pero vuelto a construir con sus materiales originales. Lo mejor: se puede ascender en teleférico o en carretera, aunque el primero es un orgullo nacional por ser el más largo del mundo.
- Monasterio de Khor Virap: un monasterio creado en el siglo XII, un sitio de crucial importancia bíblica ya que se dice que a pocos metros de allí, se posicionó el Arca de Noé después del diluvio Universal.
- Monasterio de Geghard: uno de los más grandes de Armenia, rodeado por el gran valle de Azat y de importancia religiosa ya que se dice que se resguardó la lanza que hirió a Cristo en la cruz (dato no chequeado al 100% por los armenios).
3. Un buen vino
Armenia no se caracteriza por ser conocido por sus vinos, pero sí debería serlo. Armenia fue uno de los primeros países vitivinícolas del mundo, aunque su marketing no sea el mejor.
El sabor dulce de sus vinos tintos hacen que un paseo por las bodegas sea uno de los principales atractivos que visitar en Armenia y un lugar perfecto para degustar los sabores, las cepas y observar la producción en las barricas y secretos milenarios.
4. Gastronomía
“Comiendo también se viaja” y degustar la gastronomía local de cada país que se visita es una forma de conocer la cultura. En algunos países, como Armenia, la gastronomía refleja las recetas, las costumbres y las tradiciones de cada familia permitiendo que, con cada sabor, se caracterice al país.
- Dolma: una especie de rollos de hojas de uva rellenos con carne picada (o no), arroz y vegetales.
- Ghapama: calabaza rellena con arroz y frutas secas, generalmente servido para ocasiones especiales como Navidad.
- Lavash: un pan plano y suave, hecho de harina, agua y sal, semejante a una tortilla.
5. Naturaleza prácticamente virgen
Con la poca cantidad de habitantes que residen en Armenia y por aun no ser un país sumamente turístico, los sitios naturales parecen que no fueron siquiera pisados y permiten que los viajeros aventureros se puedan adentrar en las montañas, valles y mesetas prácticamente vírgenes.
Gracias a que gran parte del territorio se encuentre por encima de los 1000 metros sobre el nivel del mar, los ecosistemas son tan variados que pueden ser visitados en distintas aventuras: cabalgatas, caminatas y visitas a los Parques Nacionales.
En el norte, los paisajes son boscosos y montañosos; en el sur, el clima es más seco y abre las puertas a la estepa, las cuevas y gargantas rocosas; y en el centro del país, una meseta cultivada con distintos elementos de la naturaleza.
En otras palabras, Armenia tiene mucho por descubrir e invita a los viajeros a conocer la cultura desde una perspectiva que pocos países aun conservan.