Hay que ver más allá de los hoteles boutique, bajarse de la ruta turística y explorar algunas de las joyas menos conocidas de Colombia. Estos 7 destinos increíbles aún no están en el radar de los viajes internacionales. Aprovechemos.
1. San Gil
En gran parte puesto en el mapa por Shaun, el australiano propietario del Albergue Hostal, San Gil está creciendo como destino turístico, y con razón.
Esta ciudad templada se encuentra en el centro del departamento de turismo de aventura de Santander, en Colombia. Ideal para el desarrollo de actividades de aventura alrededor de los elementos agua, tierra y aire, vinculados al turismo de la naturaleza, combinados con pequeños pueblos coloniales perfectamente conservados que se encuentran cerca, San Gil es una base ideal para practicar deportes de aventura.
2. Capurganá
En un lugar lejano, de cuyo nombre esta vez sí muchos quisieran acordarse está Capurganá, Colombia.
Las olas del Mar Caribe bañan a este lugar constantemente, la enorme diversidad vegetal, la cordialidad de su gente sin dudas sobresale, pero más allá de esto, en Capurganá se demuestra que es posible una unión perfecta entre el desarrollo y el cuidado de la naturaleza. Es la prueba de que cuando las personas quieren, pueden convivir en perfecta armonía con la madre naturaleza. Los bosques, en especial la selva del Darién, las playas, ríos, manglares y cascadas que abundan en Capurganá atraen a aquellos con la sensibilidad necesaria para apreciar cuán rico son los ecosistemas de la geografía de esta localidad de Colombia.
3. Salento
El café colombiano es famoso en todo el mundo, pero muy pocos amantes del café siquiera han oído hablar de la Cafetero Colombiano (el Eje Cafetero de Colombia) y los placeres de Salento.
Ubicado en el departamento del Quindío, Salento ofrece al visitante una visión de la auténtica vida rural colombiana. No te pierdas la oportunidad de explorar el cercano Valle de Cocora y las palmas de cera imponentes (árbol nacional de Colombia) que puede llegar a medir hasta 60 metros de altura.
4. Mompox
Este Pueblo Patrimonio brota de una isla que durante la Conquista fue refugio para el oro y la plata que los españoles sacaban de su reino. Mompox, cuyo centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, fue fundado en 1540 y se encuentra a unas seis horas de Cartagena.
El realismo mágico lo inunda todo aquí. Gabriel García Márquez, en su novela ‘El general en su laberinto’, se refiere al pasado glorioso de Santa Cruz de Mompox, que se percibe al caminar por sus calles y detenerse en las esquinas a oír las historias que cuenta la gente. También resulta inolvidable un viaje en lancha por la ciénaga de Pijiño, en el que se ven aves y la flora de la región.
5. La Guajira
La parte final de la costa colombiana ante Venezuela, La Guajira sigue siendo un destino desconocido.
Lo primero que sorprende al viajero que llega por carretera desde la vecina Santa Marta es que en apenas un suspiro pasa de los bosques tropicales húmedos de la Sierra Nevada y del territorio Tayrona a un desierto que recuerda mucho al Cabo de Gata español. Echas una cabezada en el coche y –literalmente- te duermes rodeado de selva y te despiertas rodeado de cactus.
Playas, dunas, desierto… la magia de la naturaleza en estado puro! Y además, no encontrarás una más espectacular puesta de sol en Colombia.
6. Desierto de la Tatacoa
El Desierto de la Tatacoa es la segunda zona árida más extensa de Colombia después de la península de la Guajira, es uno de los escenarios naturales más atractivos de Colombia que ocupa 330 kilómetros cuadrados de tierra de color ocre y gris con pincelazos del verde de los cactus.
Además, es un lugar privilegiado geográficamente por su ubicación, para:
- Observar las 88 constelaciones,
- Realizar recorridos por los diversos objetos
- Apreciar fenómenos como lluvias de meteoros.
Adicionalmente a las condiciones geográficas y atmosféricas perfectas para la observación de los cuerpos celestes, la Tatacoa no cuenta con la suciedad lumínica ni auditiva. Este atractivo llama mucho la atención de los turistas que pernoctan allí, para disfrutar del silencio, del paisaje y de la tranquilidad del lugar.
7. Los Llanos Orientales
Algunas tres horas y media en coche al sur de Bogotá te llevan al corazón de la sabana colombiana.
Los Llanos Orientales son una región geográfica del norte de Sudamérica repartida entre Colombia y Venezuela en la cuenca del río Orinoco. Los pobladores de la región, los llaneros, son gente alegre, hospitalaria y excelentes cabalgadores.
El llano es lindo por su diversidad de paisajes: tiene grandes tesoros y zonas naturales especiales como el Parque Nacional del Tuparro, declarado reserva mundial de la biósfera por parte de la UNESCO, la Selva de Mataven, Caño Cristales, el cerro Calaballo y la reserva de La Esperanza, entre otros.