Alberobello es uno de esos pueblos de película que todo el mundo debería agregar en su itinerario de viaje por Italia. Reconozco que nunca había escuchado hablar de él hasta que tuve la fortuna de vivir a apenas 10 kilómetros de distancia durante cuatro meses. Y cuando lo conocí, fue amor a primera vista.
Alberobello está ubicado en la provincia de Bari, a menos de 50 kilómetros de aquella ciudad, en la que, para mí, es la región más bonita de Italia: Apulia. Si piensas aprovechar tu visita a Alberobello para recorrerla, te recomiendo que lo hagas en primavera, cuando el paisaje se inunda de un color verde que yo nunca antes había visto en mi vida y que es muy difícil de describir.
Aunque yo no había escuchado nada sobre Alberobello antes, la realidad es que es un destino bastante turístico del sur del país. Esto se lo deben a unas construcciones muy particulares – y únicas en el mundo – que se conocen como «Trullos». Esta, en realidad vendría a ser una especie de traducción al español. En italiano, sería un «trullo» o varios «trulli».
El trullo tiene un estilo muy particular y se destaca por paredes blancas y techo de piedra en forma de cono. Además, todos los techos suelen estar decorados con figuras o símbolos con algún significado religioso. Son casas realmente preciosas y que le dan a Alberobello una personalidad mágica y que hace que parezca un pueblo sacado de cuento de hadas.
Debo confesar que Alberobello no es el único sitio donde encontrarás los trullos. Para ser sincera puedes ver varios de ellos en los pueblitos que se encuentran a su alrededor. Sin embargo, hay una cosa que sí es cierta: Alberobello es el único lugar en el mundo que tiene un casco histórico a base de trullos.
Caminar por el centro del pueblo es como dar un paseo en otro mundo. Los trullos están por todas partes y muchos de ellos hoy están convertidos en tiendas de souvenirs, recuerdos e incluso cafés y heladerías. En el centro de la ciudad también puedes encontrar la única iglesia-trullo del mundo.
Los habitantes de Alberobello saben la importancia que tienen estas construcciones para la actividad turística del lugar y es por eso que cuidan de ellos para que su aspecto sea aún más especial. Es difícil encontrarse un trullo que no tenga plantas, flores o algo que lo identifique, que lo haga diferente a los demás.
La historia de los trullos es también muy interesante y se remonta a la época feudal. En aquel entonces, el Conde Acquaviva decidió obligar a los campesinos a que pagaran impuestos por su labor limpiando los terrenos y cultivando las tierras. Para intentar evadirlos, la gente comenzó a construir casas que podían desmantelarse rápidamente. Así nacieron los trullos.
De esta forma, cuando las autoridades iban en busca de los impuestos, los campesinos desmontaban los trullos y el lugar se convertía en un campo sin nada más que piedras.
Hay muchas cosas que ver y hacer en Alberobello, pero la que no puedes perderte – además de recorrer todas las callecitas de adoquín del casco histórico – es aprovechar para observarlo desde arriba.
Lo mejor de todo es que para tener unas vistas privilegiadas de todo el pueblo y sus icónicos trullos, no tienes que pagar absolutamente nada. Muchos de esas casitas hoy convertidas en negocios ofrecen a los viajeros la posibilidad de subir de manera gratuita a sus terrazas. Así que ganas por partida doble: no solo conoces los trullos en su interior, sino que además puedes verlos desde lo más alto.
Al entrar verás que los trullos son construcciones más bien simples, con un salón principal y algunas habitaciones alrededor. Como te dije antes, podrás verlos por dentro muy fácilmente ya que la mayoría de ellos actúa como tienda. Sin embargo, hay uno que se jacta por ser el único trullo del pueblo todavía habitado como vivienda y al que te cobran una entrada para visitar.
Cómo llegar a Alberobello
Al ser un destino turístico importante para la región de Apulia, Alberobello está bastante bien conectado con las ciudades más importantes de la zona.
Desde Bari, la capital de la provincia, es muy sencillo ya que tren de la Ferrovía Sud-Est tiene su estación en el pueblo. El trayecto es bastante lento – son aproximadamente dos horas de viaje – y tiene un costo aproximado de 5 euros.
Sin embargo, alquilar un coche en Italia es muy popular y también económico. Es quizás una de las mejores formas de llegar hasta el pueblo en la mitad del tiempo que necesitarías en transporte público.
Lo que sí debes tener en cuenta es que en toda Italia está prohibido circular con vehículos no autorizados dentro del casco histórico. Básicamente, solo los ciudadanos residentes del pueblo tienen permiso para hacerlo, por lo que te recomiendo que lo tengas presente si quieres ahorrarte unas cuantas multas de tránsito.
Alberobello es un lugar mágico y que realmente tiene un encanto completamente diferente a cualquier otro. Lo mejor de todo es que no hay una época ideal para visitarlo, cualquier momento en bueno.