Vancouver es la ciudad más importante del oeste de Canadá y puerta de entrada para muchos viajeros a este país norteamericano. Considerada una de las ciudades con mayor calidad de vida del mundo, ofrece una gran variedad de actividades a su alrededor, mezclando su creciente vida cultural con un entorno natural envidiable.
¿Tienes ganas de conocer Vancouver? En este video te mostraremos un itinerario de 4 días para que puedas organizar tu próxima visita.
DÍA 1 – Centro de Vancouver
Uno de los encantos de esta ciudad canadiense y que mejor la define, son sus grandes rascacielos acristalados que se alzan imponentes a lo largo de algunos de sus barrios más característicos.
Visitaremos la Catedral de la Iglesia de Cristo. Se encuentra en el centro de la ciudad y es una de las principales de Vancouver. Fue construida en una cruz celta para representar las raíces de la Comunión Anglicana en las Islas Británicas. Lo que vemos hoy es el resultado de varias renovaciones y ampliaciones que se hicieron a lo largo de los años.
“Bill Reid” es una galería de arte de la costa noroeste que lleva el nombre de William Ronald Reid Jr., un artista canadiense autor de muchísimas esculturas, dibujos y pinturas; famoso por haber tallado «Cuervo y los primeros hombres”, expuesto en el Museo de Antropología de la Universidad de Columbia Británica.
La galería presenta exhibiciones y programas especiales que construyen puentes entre todos los pueblos, incluidas las poblaciones indígenas y de colonos.
El Fairmont Hotel Vancouver, es un hotel histórico ubicado en el corazón de la ciudad. Inaugurado en mayo de 1939, el edificio de 17 pisos se considera uno de los grandes hoteles ferroviarios de Canadá. Fue diseñado por dos arquitectos, y supo ser el edificio más alto de Vancouver hasta 1972.
Fundada en 1931, la Galería de Arte de Vancouver (VAG) es la quinta galería de arte más grande de Canadá. Dueña de 11 mil obras de arte, ofrece una amplia gama de programas públicos durante todo el año, desde conferencias de académicos y artistas, hasta actuaciones musicales y de danza. Además, posee una biblioteca de 45.000 libros y catálogos de exposiciones y casi 5000 archivos de artistas canadienses.
Robson Square es una plaza pública y lugar de eventos, ubicada en el centro de Vancouver. Está decorada por tres cascadas y, en invierno, es costumbre instalar una pista de patinaje sobre hielo, que conecta el bloque norte con la Galería de Arte de Vancouver.
DÍA 2 – Gastown y Chinatown
Gastown es la zona antigua de Vancouver y uno de los barrios más icónicos de la ciudad. Una vez allí, acércate a conocer el Steam Clock, un curioso reloj que cada 15 minutos hecha una nubecilla de vapor (no es magia, el truco es que está situado sobre una rejilla por donde sale el vapor).
Desde aquí puedes ir caminando hasta Chinatown y conocer este barrio pintoresco a través de sus restaurantes, jardines, tiendas y arquitectura, tendrás un reflejo de la cultura china en este lado del mundo. Te recomendamos que vayas al Jardín Dr. Yat-Sen, una maravilla que seguro te robará todos los sentidos.
Desde aquí puedes llegar fácilmente a otros dos sitios imprescindibles como el Science World, que es un museo de ciencia, ideal para visitar en familia, y el Rogers Arena, que es el templo del deporte en la ciudad donde juegan los Vancouver Canucks.
DÍA 3 – Stanley Park y alrededores
Stanley Park es el parque urbano más extenso de Canadá y uno de los más grandes de Norteamérica. Aquí tendrás un sinfín de actividades para pasar un día maravilloso en medio de la naturaleza, y en plena ciudad.
Una gran opción es bordearlo por el Sewall en una bicicleta. Desde aquí se obtienen las vistas más magníficas del skyline de Vancouver: a un lado la ciudad, y al otro la inmensidad y la frescura del parque.
Cuando estés en el Stanley Park, visita su acuario, los tótems que representan a las Primeras Naciones, Lost Lagoon y presta atención a la fauna y a la flora del lugar: seguro te cruces con algún mapache, ardillas y muchas aves.
Luego del parque, iremos a conocer algunas de las playas de Vancouver, empezando por English Bay, una de las zonas favoritas de los visitantes y los locales por su animado ritmo social.
Aquí encontrarás numerosas cafeterías, restaurantes y disfrutaremos de hermosas vistas del mar, especialmente durante el atardecer.
Algo característico que encontrarás en la mayoría de playas de Vancouver son unos troncos de madera donde la gente aprovecha para sentarse y descansar. A lo largo de la bahía podrás contemplar también las esculturas de la Bienal, constituyendo un auténtico museo al aire libre.
El West End es una zona residencial muy agradable, con pisos que no son muy altos y parques y zonas verdes por todos lados. Si decides subir por Davie Street, conocerás el barrio LGBT de la ciudad, característico por sus tiendas y bares animados y sus pasos de cebra con los colores del arcoíris.
Si tienes tiempo, no olvides ir a Granville Island, uno de los lugares de moda de Vancouver donde hay un mercado fantástico y otros atractivos turísticos geniales para niños. Es una zona industrial habilitada que merece mucho la pena visitar.
DÍA 4 – Whistler
Es una pequeña ciudad típicamente de montaña, que podría estar sacada de los mismos Alpes por su estética y arquitectura. Un gran sitio para realizar actividades al aire libre.
Por el centro verás muchos comercios y calles peatonales, así como monumentos que recuerdan hitos importantes, como los Juegos Olímpicos de Invierno de 2010 celebrados en Whistler.
También hay museos muy interesantes, como el Whistler Museum que recoge la historia de la ciudad y en él verás numerosas fotografías, objetos y vídeos que muestran el pasado de este lugar (y todo su entorno).
Tampoco puedes dejar de conocer el Audain Art Museum, que se encuentra dentro de las principales atracciones turísticas de la ciudad. Se trata de una gran colección de arte con piezas de artistas de British Columbia creadas desde el siglo XVIII hasta nuestros días.
Otra forma de descubrir este maravilloso sitio es desde las alturas. Para ello debes subir hasta las estaciones de esquí en las famosas góndolas, y una gran opción es el Peak 2 Peak, que une las dos grandes montañas de Whistler: Whistler Mountain y Blackcomb Mountain.
Gracias a su entorno natural, Whistler posee además muchas rutas de trekking. Como el sendero de Skywalk que recorre un bosque muy húmedo y variado en cuanto a vegetación, con pequeñas cascadas para finalizar en el lago del Iceberg, llamado así por los bloques de hielo del pequeño glaciar que se conserva en lo alto de la montaña.
Algunos de los recorridos a pie más populares son:
- Rainbow Falls: pequeña ruta que llega hasta unas bonitas cascadas en el bosque. Se puede hacer una extensión hasta el lago Rainbow Lake, aunque ahí ya la duración y dureza del trek se incrementan.
- High Note Trail: es una ruta en lo alto de la montaña Whistler con vistas de todo el entorno.
- Train Wreck Trail: un sendero que llega hasta un vagón de tren abandonado y en el que se pasa también por un puente en suspensión.
Si viajas en invierno, no puedes dejar de Esquiar en Whistler: el destino es uno de los principales centros de esquí y snowboard de Norteamérica con más de 3.000 hectáreas esquiables. Gracias a ello, albergó los Juegos Olímpicos de Invierno de 2010.
El Whistler Blackcomb Ski Resort está formado por las dos montañas (Blackcomb y Whistler) y alberga 200 pistas de esquí. Hay numerosos remontes, restaurantes y todo lo necesario para pasar un día muy entretenido en la nieve.