“Una cascada que cae en la tierra”, “una cascada hacia las profundidades”, “la cascada de los tres puentes”. Aun no se puede definir muy bien a la que es considerada una de las maravillas de El Líbano: la Cascada de Baatara, donde probablemente cada viajero que la visita regresa con una sensación y definición distinta generada por una ilusión óptica formada por la naturaleza. No te pierdas este post donde contaremos dónde se encuentra y por qué merece la pena una visita a la Cascada de Baatara en El Líbano.
En definitiva, ¿Cuál es la particularidad de la Cascada de Baatara?
El mundo cuenta con cientos de cascadas y saltos de agua que atraen a los viajeros por sus características que los hace únicos pero, ¿por qué habría de visitar la Cascada de Baatara?
La primer respuesta ante esa pregunta es que es perdurable, quiere decir que de la misma manera que se formó, puede desaparecer por condiciones naturales. Esto significa que cuanto antes se visite, mejor.
Por otro lado, y menos traumático que el anterior, la Cascada de Baatara es ese lugar donde uno mira, achica los ojos, trata de entrever o entender y nunca se logra llegar a definir qué es lo que se está viendo.
En otras palabras, la Cascada de Baatara es una ilusión óptica perfecta formada por la propia naturaleza, algo así como queriendo engañar a la racionalidad de los hombres: una cascada cayendo desde la altura hacia el interior de una cueva por 100 metros atravesada por tres puentes naturales, todo formado por la erosión hace casi 160 millones de años, es decir, cuando los dinosaurios aun pisaban la Tierra.
Este juego de niveles, colores y sonidos atraen a viajeros de todo el mundo a disfrutar de las maravillas naturales y a caminar sobre la roca (sin importar las dificultades) para ver con sus propios ojos lo un espectáculo de la naturaleza.
Stop histórico: la Cascada de Baatara fue descubierta por el mundo occidental recién en el año 1952 por el bio-espeleólogo francés Henri Coiffait.
Arribar a la Cascada de Baatara puede ser un tanto desafiante pero no imposible, más aun teniendo la certeza que el destino, el punto de llegada, es un sitio único en el mundo, donde el ruido de la presión del agua al caer hacia el interior se escucha de metros antes y donde se pueden atravesar los puentes (con muchísimo cuidado) observando el paisaje en su máximo esplendor.
Stop curioso: ¿a dónde va el agua de la cascada? La respuesta no es al centro de la tierra, pero sí al lago subterráneo Dalleh en Mgharet al Ghaouaghir, el cual proveía de agua potable a toda la población lindera. Para poder descubrirlo, debieron colocar un colorante inofensivo para poder seguir el rastro y descifrar el enigma.
¿Dónde está la Cascada de Baatara?
El sitio montañoso donde se sitúa la Cascada de Baatara es la región de Tannourine, a 2 horas de Beirut, la capital de El Líbano. El recorrido hacia la Cascada es escénico, lo que significa que esas 2 horas se aprovechan observando los cedros, los olivos y los viñedos que se sitúan a su alrededor.
¿Cómo llegar?
El Libano no se caracteriza por tener el mejor servicio de transporte público de todo Oriente Medio, esto significa que la mejor opción para llegar a la cascada es hacerlo a través de un taxi o un coche privado de excursión, de esta forma se asegura de evitar perder tiempo en conseguir las formas en las que llegar.
La mayoría de los taxis parten desde Beirut, donde se alojan los viajeros que visitan la región, siendo este el centro neurálgico y con mayor servicios turísticos para los viajeros.
¿Cuándo visitar la Cascada de Baatara?
El clima en El Líbano es variado y especialmente en la región de Tannourine, esto significa que la mayoría de las estaciones del año están bien demarcadas. El agua de la cascada proviene del deshielo, lo que hace que durante la primavera, se registren los mayores caudales.
Esto quiere decir que la mejor época del año para visitar la Cascada de Baatara es entre marzo y abril, permitiendo de esta forma que la nieve se derrita, se observe más cantidad de agua y los colores de la naturaleza resalten entre sí.
Por otro lado, si se visita la cascada en verano, el clima es igual de favorable, el caudal puede no ser tan fuerte pero los olivos y vides de los alrededores de la ruta forman parte del atractivo del paisaje.
La Cascada de Baatara pareciera ser ese sitio que estaba tan a la vista que nunca se vio y permaneció oculto por millones de años, con la simpleza que posiblemente nadie se haya atrevido a mirar hacia abajo en los acantilados de la región. Un sitio oculto pero descubierto que vale la pena visitar al menos una vez en la vida.
Agradecemos la foto de portada: Lodo