¿Sabías que hasta hoy en día es posible comer en el que se destaca como el restaurante más antiguo del mundo? Con gran renombre en Madrid, el “The Botín Experience” es un tour gastronómico oficiado por la agencia de viajes Insider’s Travel, que lleva a los comensales primero por el interior del Restaurante Botín y luego a degustar varios de sus platos principales, todo por menos de 80 euros. En esta nota te contamos de qué se trata.
España se adjudica como lema o slogan ser “el país más rico del mundo”. Si bien podría ser un reconocimiento en el que competir con otros destinos del mundo que fascinan por su gastronomía, como Italia con una variedad de platos que han sido incalculablemente globalizados, o por ejemplo Perú, con una oferta culinaria ancestral y natural incomparable en América Latina, el país de la península ibérica que se conforma de 17 regiones autónomas con diversas características geográficas y culturales se presenta como un verdadero “Disney” para el descubrimiento de sabores.
En parte, España se alza en honor siendo el lugar sede de Salón Gourmets, el evento de alimentos y bebidas más importante del continente europeo en el que se presentan las novedades y tendencias más destacadas de la cocina gourmet. Pero hay un lugar aún más trascendental para el país que permite dar cuenta de la importancia de la gastronomía, y en especial de la restauración -entendiendo a esto último como a los negocios dedicados a la elaboración de comidas y bebidas-, en España.
Se llama “Restaurante Botín” -conocido popularmente como “Botín”, y desde hace ya unos cuantos años también responde al nombre de “Sobrino de Botín”- está situado en la ciudad de Madrid, y para explicar y/o dar a conocer sobre sus orígenes es necesario remontarse al año 1725. Definitivamente, por el tiempo de su fundación y por haber permanecido como tal en cuanto a servicio y ubicación respecta, Botín ha sido enaltecido como el restaurante más antiguo del mundo según el Libro Guinness de los Récords.
Como tal, es uno de los sitios referentes de la mejor cocina tradicional en Madrid y resulta imperdible en una estadía por la capital española para quienes busquen saborear lo auténtico. Con una variada carta de opciones de platos, el menú por excelencia de Restaurante Botín comprende degustar dos especialidades de la casa: los deliciosos cochinillos y corderos asados al estilo castellano.
¿Cuándo, cómo y cuánto cuesta visitar Restaurante Botín?
Los horarios de atención en Restaurante Botín son de lunes a domingo: para el almuerzo de 13 a 16 horas, y para la cena de 20 a 24 horas. La demanda para comer es realmente altísima. Todas las noches es posible identificar una gran cola esperando para entrar al negocio. Lo ideal es realizar alguna reserva con anticipación, sobre todo si se trata de grupos numerosos, que suelen ser ubicados en los salones de arriba. Para ello es posible comunicarse a los teléfonos +34 91 366 42 17 o +34 91 366 30 26.
El rincón más atractivo para comer es el Salón Leñería, un espacio disponible en el subsuelo que lleva su nombre debido a que era donde antes se almacenaban los troncos de leña. Esta sala se convirtió en comedor desde hace sólo 80 años: se decide cambiar de espacio en lo que sea almacenar reservas porque el negocio sigue en crecimiento y deciden usarlo para comensales, especialmente para las cenas.
Una gran posibilidad para visitar el lugar es hacerlo por medio del “The Botín Experience”, un tour gastronómico oficiado por la agencia de viajes Insider’s Travel, y que lleva a los comensales primero por el interior del restaurante y luego permite degustar sus platos principales, todo por menos de 80 euros (78€ por persona; niños de hasta 12 años por 39€).
El recorrido tiene una duración de 45 minutos, seguido de almuerzo o cena. Ah, y lo más importante: un recuerdo del restaurante Botín que no habrás de conseguir en ninguna otra parte y que podrás llevar contigo como recuerdo de semejante experiencia conociendo el restaurante más antiguo del mundo. Si quieres reservar esta propuesta, encontrarás aquí toda la información necesaria.
El menú
Para quienes realicen el tour de Botín Experience, serán agasajados por los Clásicos de Botín: un menú de pasos que incluye queso manchego curado, croquetas de jamón ibérico y pollo, revuelto de morcilla de morcilla y patata, alcachofas con jamón, el famoso cochinillo asado en el horno de 1725, y postre casero del menú.
Dato: Una recomendación al visitar Madrid es probar el licor de madroño, un digestivo típico que, si bien se conoce en diferentes partes de España, resulta imprescindible degustarlo en la capital. ¡Y en Restaurante Botín lo tienen!
Casa Botín: el restaurante más antiguo del mundo
No hay búsqueda por Internet sobre recomendaciones gastronómicas en Madrid que no mencione y/o destaque a Restaurante Botín. Incluso, por su relevancia y carácter histórico, también rondan por el lugar situado en la calle Cuchilleros 17 -a pocas cuadras de la emblemática Plaza Mayor- los diferentes free tours y visitas guiadas que recorren los aspectos más importantes de la ciudad.
Son dos los parámetros que cumple Restaurante Botín para recibir el título del restaurante más antiguo del mundo por parte del Guinness Book of Records. Por un lado, que siempre se trató de un negocio que ofreció el servicio de restaurante, por momentos ha sido restaurante más pastelería, durante otro tiempo también ha servido como restaurante y posada para huéspedes.
El segundo es que nunca ha cerrado las puertas desde 1725, solamente se ha visto forzado a hacerlo por la pandemia de Covid-19. Pero ha sido así para este, como para cualquier otro restaurante del mundo por lo cual aquel suceso parecería estar exceptuado por el tipo de coyuntura.
Botín fue inaugurado en 1725 por un cocinero francés llamado Jean Botín -de allí su nombre- y su esposa asturiana a principios del siglo XVIII con la intención de trabajar para un noble de la Corte Real española.
Ha habido dos apellidos dueños y encargados de llevar a cabo la gestión del restaurante: la familia Botín y la familia González. Por su parte, el matrimonio Botín no ha tenido hijos: sí por parte de la esposa tenían familia en España, por lo que uno de los sobrinos de ella heredó el restaurante y por eso lo renombraron como “Sobrino de Botín”.
En el año 1926, la familia González compró el negocio a la familia Botín. Al parecer, en aquel entonces no les iba demasiado bien, los Gonzalez trabajaban para la familia Botín y sabiendo del tipo de negocio que comprendía el restaurante decidieron comprarlo. Entre ambas familias acordaron no cambiar el nombre y lo mantuvieron así, en parte también por la imagen de marca que ya estaba bastante instaurada en la zona.
Por su parte, en el seno de la familia González tuvo gran relevancia la presencia de Amparo Martin, la mujer de Emilio González, a quien describen como “una mujer maravillosa según ha expresado su mismísimo bisnieto”. Ella fue una de las causas por las que el restaurante no cerró durante la Guerra Civil: “Madrid durante la guerra estuvo defendida por los republicanos. En aquella época a la gente republicana lo que no le gustaba era tener cerca a gente de los negocios. Vinieron en varias ocasiones a cargarse a Emilio, ya que no comulgaba con la forma de entender la política”, explica Jorge, a cargo del tour por el restaurante en el marco del Botín Experience.
La historia sobre aquellos incidentes y diferencias relata incluso que un día lo amenazaron con una pistola, y fue Amparo quien se dirigió corriendo hacia el lugar al grito de “¿Pero sois idiotas?”. El final fue más ameno: la señora convenció bajo la exclamación de “¿Vas a asesinar a mi esposo pero vas a matar a la persona que puede estar cocinando para ustedes?”.
Fueron esas las razones por las que esos años de Guerra el Restaurante Botín se mantuvo abierto: cocinaron para los republicanos, para las milicias y para algunos clientes, pudiendo salvaguardar todo el restaurante y recibiendo cupones para comprar alimentos.
Antonio González es quien en los años 50 logró que el restaurante se convirtiera en la esencia que se percibe hoy en día. Por consejo de un amigo suyo, Antonio fue quien investigó el tema del Récord Guiness. “Era un tío para los negocios brutal, visionario, especial para las relaciones públicas y vínculo con la aristocracia”. Hoy el restaurante está dirigido por la tercera generación de la familia González: Antonio y José González.
¿Cómo es por dentro Restaurante Botín?
Ubicado en el corazón de Madrid, cerca de la Plaza Mayor, el Restaurante Botín tiene ahora cuatro plantas que conservan los interiores originales del siglo XVIII. Así como el horno de leña original, un espacio considerado como el corazón del restaurante Botín (tanto así que durante la pandemia, un empleado ha venido a controlar que el horno estuviera encendido, no se apagara), donde pueden cocinarse entre 15 y 18 cochinillos a la vez.
Por empezar, el recorrido por el lugar no escapa a la exploración de la fachada del local. En lo que respecta a este aspecto, cabe destacar que la entrada no es del año 1725: lo que se conoce actualmente como la entrada principal al restaurante es de 1855. La que originalmente ofició como entrada al restaurante se encuentra sobre un margen de la fachada, y hoy en día es utilizada por los camareros y personal de cocina.
En la experiencia de tour gastronómico explican también que Botín era un “pelín” más grande, y una parte del costado quedó destruida como consecuencia de la Guerra Civil, aunque prácticamente no tocó ni un ápice de artillería, ni de bala al frente de la construcción. A un costado de la puerta se reluce una placa otorgada por el mismísimo Ayuntamiento de Madrid en reconocimiento a los negocios centenarios.
Otro dato a tener en cuenta es que la terraza -término con el que España describe a las mesas que se encuentran sobre la acera- que hoy día anuncia desde lo lejos que allí mismo funciona un restaurante se debe pura y exclusivamente por la pandemia de COVID-19. Nunca han tenido el negocio de terraza en Restaurante Botín, pero por una cuestión de aforo reducido necesitaron sacar parte de las mesas fuera para poder recibir a los comensales.
Si bien es un restaurante que goza de renombre internacional, la estética del mismo no ostenta fotos de famosos ni grandes personalidades que se han dado paso por Botín como reyes, reinas, o presidentes. En lugar de la foto, prefieren colgar algún detalle extendido espontáneamente y de corazón, siendo realizado por quien les hace entrega de algún símbolo de amabilidad.
Así es como entre sus paredes se cuelga una carta escrita desde la Casa Blanca por Nancy Pelosi, quien tuviera varios encuentros con la Reina Sofía en el restaurante. Por cierto, cuando algún evento de este tipo ocurría, por parte del restaurante ofrecían bloquear la mesa para la celebridad, y una o dos mesas de alrededor para seguridad, pero el resto de las mesas se atendían con normalidad ya que en parte lo que más gustaba a las personalidades destacadas era sentirse parte de la comunidad.
Entre las salas se destacan maquetas en miniatura representativas del restaurante, hechas por Hernán Buljevich, un reconocido arquitecto argentino, amigo de la familia González. También hay un Mickey Mouse dibujado por el argentino Rubén Procopio: uno de los primeros animadores del famoso personaje, que trabajó para Walt Disney World Company y que presentó a Mickey cargando una fuente con el cochinillo típico de Botín.
Además, se extienden cuadros de la Asociación Colegial Profesional de Peritos Calígrafos y Técnicos en el Análisis de la Escritura, calígrafos de Madrid que suelen celebrar la Navidad en el lugar y han hecho entrega de la imitación de las firmas pertenecientes a la dinastía de los Austrias y los Borbones.
Un espacio que delata la historia de Madrid: de gran magnitud se destaca un cuadro de la Reserva del Prado, que data del año 1561 y permite dar cuenta de cómo era Madrid cuando se convirtió en la capital de España. En relación con esto, cabe destacar que la bodega que se recorre al finalizar el tour de Botín Experience ya existía desde el año 1500, habiendo papeles que lo confirman. Allí se conservan botellas que en su mayoría están destrozadas tras una importante inundación que tuvo lugar en Madrid y han quedado más bien de tipo decoración.
Otro aspecto decorativo del restaurante tiene como protagonista a la mismísima Amparo González: alrededor del restaurante hay decoraciones hechas con telas de bolsas de cebolla y patatas, que en lugar de tirarlas han sido intervenidas con crochet.