En el corazón del Parque Kruger, la mayor reserva natural de Sudáfrica, un tren está detenido en un puente centenario. Debajo, corre el río Selati, donde leones, antílopes, búfalos y jirafas se acercan a beber agua. El convoy no llega ni se va, sino que es un hotel de lujo que abrirá sus puertas a fines de este año (si el coronavirus lo permite).
Este es el hotel Kruger Shalanti, que consiste en 13 vagones antiguos transformados en elegantes habitaciones, que presentan un servicio de cinco estrellas.
Vagones reconvertidos en habitaciones de lujo
Cada vagón cuenta con dos habitaciones, cada una con camas dobles. Además otros siete dormitorios se encuentra en la Casa del Puente, un anexo que ofrece lujosas habitaciones para familias y otra que se presenta como una ‘suite nupcial’.
Los vagones se transformaron en elegantes habitaciones, desde donde se puede observar la fauna del Parque Kruger que se acerca al río Selati
Cada habitación presenta grandes ventanas desde el suelo al techo, y para la decoración se convocó a artesanos de las poblaciones cercanas, para darle un toque más autóctono y de paso incentivar el trabajo local en esta región del noreste del país africano.
Otros vagones fueron transformados en un restaurante y un bar, que se suman a una terraza construida sobre el puente y con una piscina que se asoma al vacío, con el río y la vegetación debajo de los bañistas.
Gracias a una plataforma peatonal que une a los vagones, el complejo es más grande lo que era el convoy original.
El mejor espectáculo natural
Desde esta terraza, así como a través de los grandes ventanales de las habitaciones, el hotel garantiza que los huéspedes puedan contemplar el espectáculo de los grandes mamíferos (además de un abundante número de aves) que se acercan al cauce del río Selati a refrescarse.
Al estar ubicado sobre el puente, el hotel no tiene ninguna interferencia ni relación con los animales salvajes.
De todas maneras, los clientes del hotel tienen incluidas dos salidas diarias por el Parque Kruger, que con dos millones de hectáreas protege a 147 especies de mamíferos, 508 de aves y 50 de peces, entre otras.
Donde dormía el antiguo tren
La elección de lugar tiene una importante carga simbólica: cuando el Parque Kruger empezó a recibir visitas en 1920, el tren se detenía en ese puente para pasar la noche. Allí los pasajeros reponían fuerzas y el aislamiento de la estructura de 300 metros evitaba que algún animal salvaje pase a curiosear y frenaba la tentación de algún viajero que tenga ganas de salir a dar una vuelta por la sabana.
La estructura del puente fue reforzada para poder alojar a los 13 vagones del antiguo tren
Por las dudas, la dirección del nuevo hotel mandó a reforzar la estructura del puente, que fue construido en 1912 para permitir el paso de la línea ferroviaria del Selati, que se desactivó en 1973 porque eran muy frecuentes los accidentes con animales.
El complejo tenía agendada su apertura para septiembre de este año, pero por el coronavirus las obras se han paralizado. Si bien faltan pocos detalles para terminarlo, la dirección espera que para fines de 2020 pueda abrir sus puertas. O mejor dicho, sus vagones.