La historia del yaguareté en Argentina, marcada por la caza, la pérdida de hábitat y la fragmentación de sus poblaciones, acaba de sumar un nuevo capítulo esperanzador. En los últimos días, fue liberada Acaí, una hembra silvestre nacida en libertad en el Parque Nacional Iberá, que ahora recorre los bosques del Parque Nacional El Impenetrable, en la provincia del Chaco.
El regreso de Acaí representa un avance histórico en la recuperación del mayor felino de Sudamérica, una especie que perdió más del 95% de su distribución original en el país y de la cual quedan menos de 200 ejemplares en estado salvaje.

Según informó la organización Rewilding Argentina, esta liberación fortalece la base genética de la población chaqueña y consolida el trabajo iniciado en 2019, cuando fue detectado el primer macho silvestre de la zona, Qaramta, quien se convirtió en el símbolo del proyecto. Desde entonces, su historia impulsó la llegada de hembras cautivas y silvestres para recrear un núcleo reproductivo viable en el norte argentino.
“Esta acción ayudará a transformar una población casi extinguida en una población reproductiva saludable, y llamará la atención sobre la necesidad de ampliar las áreas protegidas”, señaló Sebastián Di Martino, director de Conservación de Rewilding Argentina.
El proyecto forma parte de la iniciativa “Ríos del Yaguareté”, que busca reconectar los hábitats de esta especie a través de corredores naturales entre Argentina, Brasil, Paraguay y Bolivia, restaurando las funciones ecológicas que el felino cumple como depredador tope.
La presencia de hembras como Acaí, junto a otras liberadas en los últimos años —incluidas dos hijas de Qaramta y una rescatada en Paraguay—, incrementa la diversidad genética y permite que nuevas crías nazcan y crezcan en libertad.
El Chaco, considerado uno de los ecosistemas más amenazados del planeta, es un escenario clave en esta cruzada ambiental. A pesar de ser el segundo bosque más grande de Sudamérica, después del Amazonas, enfrenta una deforestación creciente y una drástica reducción de su fauna silvestre. Reintroducir al yaguareté significa también restaurar el equilibrio ecológico del sistema, ya que su presencia regula las poblaciones de otras especies.
El impacto de este tipo de programas no solo es ambiental. En Corrientes, por ejemplo, la recuperación del yaguareté en Iberá revitalizó la economía local gracias al turismo de naturaleza, un modelo que podría replicarse en El Impenetrable.

Apenas unas semanas antes de la liberación de Acaí, los equipos de conservación celebraron otro hito: el nacimiento del primer cachorro de yaguareté en libertad en 35 años, observado junto a su madre, Nalá.
Cada nuevo ejemplar representa una victoria frente a décadas de retroceso. Acaí, nacida libre y ahora embajadora del futuro de su especie, lleva consigo la esperanza de un Chaco vivo, donde el rugido del gran felino vuelva a escucharse como símbolo de equilibrio, fortaleza y renacimiento.

