Ya son alrededor de 100 las víctimas reportadas en los incendios que han devastado Maui, isla del Pacífico central que forma parte del archipiélago hawaiano, perteneciente a Estados Unidos. La prioridad absoluta por parte de rescatistas es controlar los focos de incendios y seguir buscando a cientos de desaparecidos.
En paralelo, expertos advierten que tales incendios forestales pasan a ser considerados los más letales de Estados Unidos durante el último siglo. El número de muertos convirtió el incendio en el peor desastre natural de Hawaii, superando al tsunami que mató a 61 personas en 1960, un año después de que Hawaii se convirtiera en estado de Estados Unidos.
Si bien la causa que ha originado al siniestro forestal aún sigue bajo investigación, se cree que la catástrofe ha sido impulsada por un verano seco y fuertes vientos de un huracán, provocando que las llamas se propagaran a través de la maleza reseca que cubría la isla de Maui y arrasaran con todo en solo pocas horas.
Los incendios forestales que se han propagado velozmente han dejado semidestruida la ciudad de Lahaina en la isla hawaiana de Maui. Según ha trascendido, en la mencionada aldea histórica al menos 2.700 estructuras quedaron destruidas, mientras los daños por la catástrofe ascienden a 5.600 millones de dólares.
Con el paso de los días, se ha indicado que, hasta nuevo aviso, existen áreas de Lahaina y Upper Kula en los que no se puede beber el agua corriente (ni siquiera después de hervida) y se recomienda usar agua embotellada para beber, cepillarse los dientes, hacer hielo y preparar alimentos. Ante esto se han habilitado también varios puntos de suministro de agua potable, lo mismo que para alimentos y otras necesidades, y también siguen abiertos los refugios de emergencia.
Durante una rueda de prensa realizada el pasado sábado, el jefe del Departamento de Policía de Maui, John Pelletier informaba que el proceso de búsqueda, recuperación e identificación aún se encontraba en su etapa inicial, por lo que aseguraba que el número de muertos aumentará y no está claro dónde terminará.
Hasta aquel momento el cuerpo de policías solo había podido inspeccionar el 3 % del área afectada: “Ninguno de nosotros sabe realmente su tamaño todavía”, expresó Pelletier, describiendo que la mayor devastación se encuentra en el oeste de la isla hawaiana.