España tiene unos lugares preciosos, eso no lo dudamos. Hace dos meses, inicié mi aventura en Madrid, luego emprendí viaje conociendo lugares increíbles. Me enamoré de cada lugar que visité. Después de recorrer 500 km y pasando por Medina del Campo, Tordesillas y Astorga, llegué a la capital lucense.
Recorrí gran parte de Galicia, una de las comunidades que conforman el país. El primer lugar que conocí fue la ciudad de Lugo, la misma está rodeada por una gran muralla romana. Lo interesante es que se puede caminar (o trotar, apreciando la hermosa vista de la ciudad, si te animás como hacen los locales).
Lugo está ubicada en el noroeste de España, su epíteto la define como La muy Noble y Leal Ciudad. Si la recorrés, podés apreciar muchos restos romanos, los cuales se encuentran conservados en el Museo Provincial.
Luego de bajarme del autobús, el primer lugar que fui a conocer fue la muralla que rodea el casco histórico de Lugo, declarada Patrimonio de la Humanidad en el año 2000. ¿Un dato curioso? Es la única muralla que se conserva entera en el mundo. En principio, los romanos la construyeron para proteger un bosque, el que se conocía como el “Bosque Sagrado de Augusto”, en latín “Lucus Augusti”, de ahí deriva el nombre ‘Lugo’.
La muralla fue construida hace más de 17 siglos, mide más de 2 km y tiene 10 puertas. En mi caso, sólo recorrí un tramo porque ese día hacía mucho calor (ya se sentía el verano europeo), y aún me quedaba por conocer un poquito más de Lugo. Pero sí, se la puede caminar entera, el trayecto dura aproximadamente media hora. Mientras se la recorre se puede sacar fotos en cada parada porque las vistas de la ciudad son impresionantes, al no existir edificios de gran altura.
Mientras tanto, los lucenses, pasan a tu lado trotando, o incluso, los más deportistas, corriendo a gran velocidad. Es que, esta muralla, realmente vale la pena recorrerla caminando o a toda marcha. Además, durante el recorrido, se puede observar las casas de las personas que viven alrededor de esta muralla, ya que están a pocos metros del camino. Si querés parar a descansar, hay bancos para que contemples el lugar más tranquilo.
Una vez que terminé mi recorrido, opté por ir al centro comercial bajando por una de las puertas de la muralla. Claro, que eso llevó a que me pierda porque hay muchas calles que se cruzan, pero, ¿si no nos perdemos, que gracia tiene un viaje? Por suerte, pude encontrar el camino gracias a los locales, que se destacan por su amabilidad.
Lugo es un sitio que recibe muchos estudiantes, ya que tiene una sede de la Universidad de Santiago de Compostela. Otra buena opción para visitar es la Catedral de Santa María. Dentro de la misma, hay tres naves románico-góticos y se encuentra la Capilla y la imagen de la Virgen de los Ojos Grandes. Una particularidad es que, esta Catedral tiene el privilegio de la exposición permanente del Santísimo Sacramento. Hecho por el cual se conoce a Lugo como la ciudad del Sacramento. Es por todo lo explicado anteriormente que los peregrinos que van hacia Santiago de Compostela, tengan una parada obligatoria en Lugo.
La Plaza Mayor es otra parada obligatoria. Está rodeada por la Casa Consistorial Barroca y por el edificio del Círculos de las Artes. Esta plaza es un espacio abierto que invita a admirar sus alrededores. Mientras estaba en ese lugar, me encontré con un festival muy colorido. Me acerqué a preguntar de qué se trataba y una señora me respondió que estaban celebrando “La fiesta de Os maios”. Os maios, en gallego, los mayos en español, hace referencia a una fiesta popular gallega. Se realizan bailes y cantos gallegos con un clima festivo y alegre, en el cual participan adultos y niños. Esa tarde fue una auténtica experiencia gallega.
Sigo el recorrido y ya cae la noche, mientras busco un buen lugar para cenar, encuentro una fuente que me acompaña con el ruido del agua que emerge y la silenciosa noche lucense me invita a disfrutarla. La gastronomía gallega es el eje principal. Los bares ofrecen a través de un pizarrón sus diversas propuestas para degustar ¿El protagonista? El pulpo á feira (pulpo a la gallega), el cual no me animé a probarlo, pero lo dejé pendiente para una próxima visita a Galicia. Pero no me pude resistir a probar los mejillones gallegos, ¡exquisitos! Lugo tiene muchas tabernas famosas por sus tapas y pinchos, los cuales no dejo de recomendar. La zona para tapear se encuentra en el casco histórico por las calles Rúa Nova y Praza do Campo.
Mientras resuena una gaita en mi mente, espero volver a visitar esta preciosa ciudad gallega que se ha robado mi corazón. Si vas de paseo a Galicia, ¡no dejes de visitarla!
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