El Santuario Histórico de Machu Picchu avanza en un ambicioso proceso de recuperación ambiental para revertir los daños ocasionados por incendios forestales y amenazas ecológicas crecientes. El Sernanp anunció que ya está en marcha la reforestación de 570 hectáreas, acompañada por la siembra de mil nuevos árboles en coordinación con el sector turístico y autoridades locales.

El presidente ejecutivo del organismo, José Carlos Nieto, explicó que todavía existe una brecha importante en la restauración de áreas boscosas dentro de este sitio protegido, declarado patrimonio natural y cultural del Perú. La iniciativa busca acelerar ese proceso mediante un esfuerzo conjunto que incluya comunidades, empresarios turísticos y gobiernos locales.
Un santuario con enorme valor ambiental
El Santuario Histórico de Machu Picchu es mucho más que la famosa ciudadela inca. Se trata de una extensa área natural con una biodiversidad excepcional, donde conviven ecosistemas de montaña, especies emblemáticas y corredores biológicos esenciales. Su categoría de área natural protegida responde precisamente a la necesidad de conservar este patrimonio frente a la depredación, la presión turística y los desastres ambientales.
En los últimos años, cerca de 6.000 hectáreas han sido afectadas por incendios forestales, un desafío que exige acciones permanentes. Según Nieto, se ha conformado un grupo especializado para combatir estos eventos y trabajar directamente con las comunidades en labores de prevención, vigilancia y restauración.
Un destino que apuesta por la sostenibilidad
Las acciones actuales se insertan en una estrategia más amplia que busca mantener el estatus de Machu Picchu como destino carbono neutral, un reconocimiento internacional que exige esfuerzos continuos para reducir y compensar emisiones. Las nuevas reforestaciones ayudan a fortalecer esa visión y consolidan la reputación del santuario como un referente ecológico a nivel mundial.
Además, la gestión de residuos sólidos en el entorno ha mejorado significativamente, adoptando prácticas más sostenibles que acompañan el flujo turístico sin comprometer la integridad del ecosistema.
Ciudadela vs. Santuario: un territorio mucho más grande de lo que parece
Aunque la ciudadela de Machu Picchu es el atractivo más conocido, esta representa solo una parte del territorio protegido. El Santuario Histórico abarca una extensión mucho mayor, incluyendo cuencas, bosques, comunidades y zonas de conservación que sostienen la vida natural del área. Su preservación es clave para mantener el equilibrio ecológico que rodea a la llacta inca.
Lo que viene: restauración continua y más alianzas
El Sernanp adelantó que el trabajo no se detendrá. Las próximas etapas incluyen reforzar las brigadas contra incendios, expandir las zonas restauradas y continuar fortaleciendo alianzas con actores locales. Cada una de estas acciones apunta a garantizar que Machu Picchu —en su dimensión cultural y natural— siga siendo un símbolo de conservación y un ejemplo de gestión ambiental sostenible.

