Una cohorte de tortugas del desierto se han convertido en la insignia de su especie. Después de dormir en invierno, se preparan para retomar su lucha por la supervivencia.
Setenta tortugas del desierto de Mojave emergieron con éxito de su brumación invernal y abandonaron las madrigueras que habían construido bajo rocas y arbustos en el sur de California. Estas tortugas son las primeras de su especie en ser reintroducidas en su hábitat nativo como parte de un esfuerzo para salvarlas de la extinción.
El esfuerzo por salvar a este grupo inició hace más de un año, cuando los científicos de la San Diego Zoo Wildlife Alliance tuvieron que excavar nidos en medio de la noche en una situación de emergencia provocada por una peligrosa ola de calor. Simultáneamente, el personal en The Living Desert se preparó para recibir y cuidar a las tortugas en distintas etapas de eclosión.
En estos casos, el equipo de expertos rastrea previamente a las tortugas grávidas, monitorea a las hembras adultas mientras ponen sus huevos y, finalmente, sus crías son cuidadas durante uno o dos años. La cohorte de 70 tortugas del desierto creció en el interior de The Living Desert durante seis meses y luego fueron trasladadas a un entorno exterior protegido en la Base de la Fuerza Aérea Edwards.
«Nuestro programa inicial es esencial para maximizar el éxito de las tortugas jóvenes a medida que las liberamos en la naturaleza,» explicó James Danoff-Burg, director de conservación de The Living Desert Zoo and Gardens. “La mortalidad de las tortugas juveniles del desierto es dramática y a menudo se acerca al 100% en áreas donde los cuervos están superpoblados debido a que los humanos les proporcionan alimento a través de sus contenedores de basura abiertos”.
En solo seis meses, científicos han logrado que las tortugas del desierto de Mojave alcancen el tamaño aproximado de ejemplares de dos años y medio. Al poseer caparazones mucho más grandes, las tortugas son mucho más resistentes a la depredación de cuervos y coyotes, esto no solo reduce las tasas de mortalidad juvenil, sino también la depredación.
Dentro de las 24 horas posteriores a su retorno a su hábitat nativo, el primer grupo de tortugas reintroducidas mostró comportamientos naturales positivos al construir nuevas madrigueras o modificar las existentes para refugiarse. Ahora, seis meses después, han salido de la brumación y pasan más tiempo tomando el sol. En este momento, los científicos están realizando evaluaciones de salud y reemplazando transmisores de radio para continuar monitoreando su éxito.
A la cohorte de 70 tortugas, pronto se sumará un nuevo grupo que acaba de llegar a The Living Desert, donde pasarán los próximos seis meses antes de unirse a sus predecesores en la naturaleza.
Las poblaciones de estos animales alguna vez fueron comunes en los desiertos de Mojave y Sonora, en California, Nevada y Arizona. Sin embargo, en los últimos 20 años su número ha disminuido hasta en un 90 %. Actualmente, esta especie está clasificada como En Peligro Crítico en la Lista Roja de Especies Amenazadas y se enfrenta a la pérdida y fragmentación de su hábitat, enfermedades, depredadores y cambio climático.