Las casas de apuestas llegaron a nuestra sociedad con la clara intención de quedarse. Por ahora, año a año, trimestre a trimestre, no paran de crecer. El número de jugadores sigue aumentando, al igual que sus beneficios. También ha aumentado el gasto que hacen en publicidad. En concreto, en cinco años, han triplicado la inversión. Es por eso que, miremos donde miremos, encontramos algún tipo de mensaje o publicidad sobre casas de apuestas. Los medios tradicionales –prensa escrita, televisión y radio-, así como los nuevos canales de comunicación –internet y redes sociales- son el lugar perfecto para seguir dándose a conocer, buscar nuevos apostantes y fidelizar a los que ya forman parte de la comunidad.
Gran parte del éxito de las apuestas deportivas radica en que se complementan a la perfección con lo que ofrece el deporte, sobre todo, a nivel profesional. Tomemos como ejemplo, para exponer el caso, el fútbol por ser el deporte con más seguimiento en España.
La incertidumbre del resultado
Lo más atractivo del deporte, en general, y del fútbol, en particular, es la incertidumbre del resultado. No saber qué es lo que va a ocurrir en un partido, quién ganará y quién saldrá derrotado. Hay muchos futboleros que sostienen que el Barça de Guardiola les aburría. Me inclino a pensar que ese aburrimiento se debía más a saber que el partido estaba sentenciado de antemano a favor del Barcelona, que a la propia forma de jugar que tenía el equipo entrenado por Pep. Las apuestas potencian esa capacidad para la sorpresa, puesto que al factor de la incertidumbre por el resultado se le añade la tensión de estar jugándose algo, la cantidad apostada, independientemente de si se trata de una cantidad grande o pequeña.
El boom de las apuestas deportivas está basado en que el público pretende descifrar el resultado de los partidos antes de que se produzcan. Lo realmente importante no es saber cuál es la mejor o la peor casa de apuestas, ya que todas tienen características comunes y algunas diferencias. Los bonos de bienvenida que ofrecen a los nuevos usuarios suelen ser un atractivo a la hora de elegir casa de apuestas, como también las cuotas, la variedad de deportes o los tipos de apuestas, pero lo que de verdad importa es el juego en sí. Y las casas de apuestas son solo un medio para hacerlo. Si no existiesen las casas de apuestas tal y como las conocemos hoy día, el público seguiría buscando fórmulas para satisfacer esa necesidad de anticiparse al resultado, de demostrar quién es el que más sabe sobre un deporte. Este es el motivo por el que han existido –mucho antes de que llegaran las casas de apuestas- juegos como la porra, en el que cada miembro de un grupo de amigos apuesta una cantidad de dinero para intentar adivinar cuál será el marcador definitivo de un partido. La persona que acierta el resultado, se lleva el dinero que entre todos apostaron.
La sociedad seguirá evolucionando, pero, por ahora, los deportes seguirán captando la atención de las masas y los seres humanos seguiremos intentando anticiparnos al devenir de los acontecimientos.