Una alarmante invasión de sargazo, un tipo de alga marrón, se aproxima a las costas del Caribe y Florida. La floración de este año, que ya supera las 31 millones de toneladas, ha batido récords históricos, y lo más preocupante es que la temporada aún no ha terminado.

Estas masas flotantes de algas, que pueden extenderse más de 8.800 kilómetros a lo largo del Atlántico, están empezando a cubrir playas, marinas y zonas costeras desde los Cayos de Florida hasta San Agustín, además de afectar destinos turísticos icónicos como Playa del Carmen, Puerto Morelos y Barbados.
Lo que en el pasado fue un ecosistema flotante vital para tortugas y peces, hoy se ha convertido en una amenaza ambiental, económica y de salud. El sargazo, al descomponerse, libera gases como sulfuro de hidrógeno y amoníaco, que no solo producen un olor insoportable, sino que también pueden provocar problemas respiratorios y dañar la vida marina al reducir el oxígeno en el agua.
La gobernadora de Quintana Roo, Mara Lezama, anunció que el estado trabaja con la Armada de México para recolectar las algas mar adentro e instalar barreras para frenar su llegada. Sin embargo, la tarea es titánica: las limpiezas en las playas duran todo el día y requieren maquinaria pesada que, en muchos casos, daña el entorno natural.
El fenómeno, según expertos, está alimentado por el cambio climático y el exceso de nutrientes como nitrógeno y fósforo en el océano, provenientes principalmente de fertilizantes agrícolas arrastrados por ríos como el Misisipi y el Amazonas.

Pero no todo es negativo. Investigadores están explorando formas de reutilizar el sargazo como biocombustible, material de construcción, filtrador de agua e incluso alternativa biodegradable al plástico. Su capacidad para absorber metales pesados podría convertirlo en un aliado contra la contaminación si se gestiona correctamente.
Mientras tanto, esta «marea tóxica» continúa su avance, afectando al turismo, alterando ecosistemas y recordando al mundo los efectos acumulativos de nuestras acciones sobre los océanos.