Una mujer, madre de tres niños, murió después de que tragara una bolsa de cocaína en la sala de espera del aeropuerto de primera clase mientras esperaba para abordar su avión rumbo a su casa en Dubai.
Victoria Buchanan, una maestra de 42 años, se tragó la bolsa cuando se dio cuenta de que todavía tenía las drogas en su posesión mientras bebía una copa de champán después de que ella se registrara con su equipaje.
Había comprado la droga por un valor de 250 dólares durante una visita familiar al Reino Unido con su esposo Mark, un jefe de una compañía de envíos.
A Victoria le había quedado cocaína, así que decidió tragarla con la esperanza de volver a casa, y momentos después se desplomó con una convulsión grave cuando la bolsa se rompió en su estómago.
Al grabar una conclusión de muerte por mala suerte, el forense asistente Andrew Bridge dijo en la investigación: «Mi pregunta es ¿qué demonios estaba pensando ella?».
Los espectadores en el Aeropuerto de Manchester inicialmente creyeron que la Sra. Buchanan estaba sufriendo un shock anafiláctico y le administraron el epipen que tenía en su bolso para una alergia al aceite de palma, pero murió más tarde en el Hospital Wythenshawe.
La bolsa de cocaína fue descubierta durante una autopsia.
Sus padres no sabían nada de su consumo de drogas.
Victoria, originaria de Kilmarnock, Escocia, se mudó a Dubai en 2010 y trabajó como profesora en los Emiratos Árabes Unidos.
Ella era conocida por ayudar a niños empobrecidos en Nepal a través de una organización benéfica establecida para mejorar su educación.
Victoria había pasado una semana en Gran Bretaña con su familia como parte de su visita anual al Reino Unido.
Su esposo dijo en la audiencia de Manchester: «Sabíamos que tomaría pequeñas cantidades de cocaína ocasionalmente y fue algo que hicimos juntos. Había salido del Reino Unido unos días antes, no quedaba mucho, no es que eso importe ahora».
«Si alguien le hubiera pedido que contrabandeara la cocaína que ella habría rechazado, no estaba en condiciones de ser chantajeada, puedo decir que al 100%».
La madre de Victoria, Irene Dignon, quien en sus 70 años, dijo: «No podíamos entender por qué arriesgaría algo por una cantidad tan pequeña, no podíamos entender eso».
«No había evidencia de nada parecido a las drogas con ella, ella siempre fue tan anti ellas. Ella siempre fue tan optimista que no hubiera pensado que los necesitaba, es un mundo diferente».
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