Lo que para un turista británico parecía una simple toma aérea durante sus vacaciones terminó convirtiéndose en una multa histórica. El hombre enfrenta una sanción de 231.000 dólares por volar un dron sin autorización en medio de una multitud durante un popular festival en Tenerife, España.
El incidente ocurrió el pasado 15 de julio, durante la celebración de la Virgen del Carmen en Puerto de la Cruz, una tradicional procesión marítima que atrae a miles de personas cada año. Según confirmó la policía española, el dron fue detectado mientras sobrevolaba el evento sin ningún tipo de permiso. Rápidamente, las autoridades rastrearon el dispositivo hasta el Hotel Las Águilas, donde encontraron al turista operándolo.
El infractor admitió que no contaba con licencia, seguro, ni conocimiento alguno sobre las regulaciones locales de vuelo, lo que agravó su situación. El dron fue confiscado y el caso fue remitido a la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), que determinó la multa de 200.000 euros (equivalente a 231.000 dólares).
Durante el evento, solo se permitía el uso de tres drones: dos operados por la Policía Nacional con fines de vigilancia, y uno autorizado para la cobertura oficial del festival. Cualquier otra aeronave no tripulada estaba expresamente prohibida, especialmente por el riesgo que representa volar sobre multitudes.
Las leyes españolas y de la Unión Europea son claras: los operadores de drones deben estar registrados, tener formación acreditada y contar con seguro, incluso si el uso del dispositivo es recreativo. Si el dron posee cámara, estas exigencias se aplican también a los turistas, sin excepción.
Tras este caso, las autoridades recordaron que violar estas normas puede conllevar sanciones severas. Las infracciones graves, como poner en peligro a personas o volar en zonas restringidas, pueden acarrear multas de hasta 225.000 euros (260.000 dólares).
A modo de comparación, en Estados Unidos la Administración Federal de Aviación (FAA) impuso un total de 341.000 dólares en multas en 27 casos entre octubre de 2022 y junio de 2024, un promedio por incidente muy por debajo de la sanción aplicada en España.
El episodio también se suma a una creciente lista de advertencias hacia turistas en distintos países, como Dubái, donde tomar una selfie inapropiada puede acarrear multas de hasta 136.000 dólares o incluso prisión, debido a sus estrictas leyes de privacidad.
Este nuevo caso deja en claro que volar drones sin autorización en el extranjero no es un juego, y que el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento —ni de sus consecuencias económicas.
