Dan Rivera, reconocido investigador paranormal y veterano del Ejército de EE.UU., falleció de manera repentina a los 54 años mientras lideraba una gira por el país junto a la infame y presuntamente maldita muñeca Annabelle. Su muerte ocurrió el pasado domingo 13 de julio, justo después de finalizar la última presentación del tour «Devils on the Run» en Gettysburg, Pensilvania.
Rivera, miembro principal de la New England Society for Psychic Research (NESPR) y discípulo de la legendaria Lorraine Warren, era conocido por su participación en programas como 28 Days Haunted (Netflix) y Most Haunted Places (Travel Channel), además de generar millones de visualizaciones en redes sociales con sus exploraciones paranormales.
La tragedia tuvo lugar en un hotel de Gettysburg, poco después de haber culminado un fin de semana con más de 1.200 entradas vendidas. Según el reporte del Evening Sun, los servicios de emergencia acudieron al lugar alrededor de las 8 p.m. tras recibir un aviso de que se estaba realizando maniobras de reanimación (RCP). A pesar de los esfuerzos de los paramédicos, Rivera murió en la escena.
El forense del condado de Adams, Francis Dutrow, informó que aún se desconoce la causa exacta de muerte, a la espera de los resultados de la autopsia. No obstante, confirmó que no hay indicios de actividad sospechosa y que Rivera fue hallado solo en su habitación.
El fallecido deja atrás a su esposa Sarah y a sus cuatro hijos. La NESPR emitió un comunicado expresando su devastación: “Dan fue un miembro vital de nuestro equipo durante más de una década, pero también un amigo leal, apasionado y profundamente compasivo”.
Su colega y también investigador Ryan Buell lo despidió con un emotivo mensaje en TikTok: “Hace apenas dos meses recorrimos juntos el país. Dan ayudó a una nueva generación a descubrir el legado de Ed y Lorraine Warren”.
La muñeca Annabelle, una Raggedy Ann que data de los años 70, fue originalmente asociada con una serie de fenómenos paranormales cuando una estudiante de enfermería en Connecticut reportó que se movía sola y dejaba notas amenazantes. Fue entonces que los Warren intervinieron y concluyeron que estaba poseída por un demonio, no por el espíritu de una niña, como se creía inicialmente.
Dan Rivera, quien consideraba su misión “educar y desmitificar el mundo paranormal”, estaba comprometido con ese legado hasta el último día. Su sorpresiva partida ha dejado un vacío profundo en la comunidad paranormal y entre miles de seguidores que lo acompañaban en sus investigaciones más oscuras.
