No hace más de diez días que compartíamos una alegre noticia que llegaba desde los Esteros del Iberá a todo el territorio argentino: en la provincia de Corrientes, tres guacamayos rojos recién nacidos parecían marcar un gran avance para la recuperación de la especie, considerada por más de 100 años como en extinción.
Incluso advertíamos que posiblemente, estos guacamayos fueran los primeros en nacer en estado silvestre, luego de 150 años de extinción. Motivo por el cual el acontecimiento había sido muy celebrado por los trabajadores en el predio y la fundación Rewilding Argentina, creada en el año 2010 para enfrentar y revertir la extinción de especies y la degradación ambiental resultante, recuperando la funcionalidad de los ecosistemas y fomentando el bienestar de las comunidades locales.
Ahora, tristemente, la misma fundación fue encargada de comunicar la muerte de uno de los tres pichones de guacamayo rojo que habían nacido días atrás en el Iberá. Tras un exhaustivo control y necropsia, detectaron que había sido alimentado con semillas de girasol, una oleaginosa no nativa perjudicial para estas aves.
Las mismas han sido provistas por humanos, marcando la polémica en una práctica que no es la primera vez que se debate: el peligro que podría causar dar de comer a animales con alimentos indebidos o fuera de su dieta habitual.
«Uno de esos pichones a los pocos días aparece muerto y en la necropsia se le encuentran en el buche restos de semillas de girasol, justo en el momento que nos llega la información de que había una mujer, que es operadora de turismo, guía del parque provincial, coordinadora de un Club de Observadores de Aves (COA) de la localidad de Ituzaingó, que estaba cebando a los guacamayos con una bandeja donde ponía diferentes semillas, entre ellas de girasol»
Marisi López, referente de la fundación Rewilding Argentina
Además, López detalló que «se tardan años en lograr que estas aves aprendan a ser libres, aprendan a reconocer los frutos silvestres para poder comer y dejen de comer alimentados por una persona en una bandeja y el hecho de que se las pongan hace que retrocedan en la fase de aprendizaje… El girasol es altamente dañino porque tiene una gran concentración de aceite que hace que los guacamayos se vuelvan adictos y que en largo plazo les ocasione la muerte«.
En efecto, los responsables de la fundación descubrieron que el padre de estos guacamayos recién nacidos iba hasta esas bandejas y después alimentaba a los pichones. En diálogo con la agencia de noticias Télam, desde Rewilding destacaron que se trata de «una noticia tremenda para el proyecto porque pone en riesgo la salud de los guacamayos, de los que ya están libres, de los tres guacamayos rojos recién nacidos, porque volvemos un paso atrás en su libertad y vuelven a ser mascotas«.
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