El Café du Soleil de Nueva York hizo una nueva incorporación, domos geodésicos, para que salir a comer sea un poco más seguro.
Nos encontramos cada vez más cerca de fin de año y, si bien todavía seguimos en pandemia por COVID-19, las medidas para realizar ciertas actividades en diferentes partes del mundo se están flexibilizando. A pesar de eso, aún es necesario respetar ciertos protocolos de salud para prevenir lo más posible la propagación del virus. Si bien los mismos cambian de actividad en actividad, hay algunos que se mantienen para todas: distanciamiento social y mascarilla/tapabocas. En este sentido, este restaurante de Nueva York incorporó 18 domos geodésicos transparentes para que sus clientes puedan disfrutar de salir a comer.
El Cafe du Soleil es un restaurante francés que se encuentra ubicado en el Upper West Side de Nueva York y hace poco incorporó las estructuras que proporcionan un ambiente apartado para salir a comer. Cada uno de estos domos transparentes cuenta con cuatro aperturas, dos de ellas son puertas y dos son ventanas. Además, el personal del lugar limpia y desinfecta cada uno de ellos antes y después de la utilización de cada cliente, asegurándose de que estén sanitizados. A estas medidas también se le suma el seguimiento del protocolo planteado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC).
Estos domos o burbujas espaciales, como las llaman desde el Cafe du Soleil, admiten una capacidad de dos a cuatro personas y ayudan a mantener la distancia social al mismo tiempo que resguardan a las personas del frío, la lluvia o incluso el viento. En Nueva York los restaurantes pueden atender afuera por ahora, a partir del 30 de Septiembre se permitirá que las personas puedan ingresar pero con capacidad limitada. «Ha sido realmente difícil. Tuvimos que reinventarnos» dijo Maxime Rousselot, uno de los gerentes del restaurante, a TimeOut. «Incluso antes de que se pudiera salir a comer de nuevo, tuvimos que encontrar una forma para sobrevivir».
Diferentes clientes concordaron en que lo bueno de estas burbujas es que, al poder abrirse de ambos lados, los protege del clima al mismo tiempo que no funcionan como un disparador de claustrofobia. Así lo informó el medio New York Post. «Cuando llegamos nos preguntaron si nos queríamos sentar en una de las burbujas o simplemente afuera» dijo una de las clientas y agregó «por supuesto elegimos la burbuja, fue la razón por la que vinimos«.
Desde el restaurante esperan poder mantener los domos el mayor tiempo posible, aunque saben que en invierno puede ser complicado teniendo en cuenta que el interior de los mismos no se puede calentar.
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