Lo que parecía ser un vuelo corto y rutinario entre Carolina del Norte y Georgia terminó en una escena sacada de una película: pasajeros evacuando por las alas de un avión envuelto en humo, con un perro en brazos y la incertidumbre flotando en el aire.
El vuelo American Eagle 5406, operado por PSA Airlines, aterrizó sin incidentes en el Aeropuerto Regional de Augusta. Pero apenas tocó tierra, algo no olía bien. Literalmente. Dentro de la cabina, un fuerte olor a quemado alertó a los pasajeros, y en cuestión de segundos, una densa neblina de humo comenzó a invadir el interior de la aeronave.

La respuesta fue inmediata: puertas de emergencia abiertas, gente descendiendo por las alas directamente al asfalto y teléfonos grabando la escena en tiempo real. Uno de los videos muestra a un pasajero con su perro, bajando cuidadosamente mientras el humo aún se hacía visible.
“Olía a frenos quemados… o algo peor”, contó Sean O’Conor, quien registró el momento desde dentro del avión. “Parece que todos están bien. Bienvenidos a Augusta”, agregó con una mezcla de alivio y sarcasmo.
Afortunadamente, no se reportaron heridos, y los pasajeros fueron trasladados a la terminal sin complicaciones. American Airlines reconoció el incidente como un “problema de mantenimiento”, y la Administración Federal de Aviación ya abrió una investigación para determinar qué ocurrió realmente.

Lo inquietante es que no se trata de un caso aislado. En las últimas semanas, varios vuelos de la misma aerolínea enfrentaron episodios similares con humo, vibraciones en motores e incluso incendios. Las investigaciones continúan, mientras los viajeros se preguntan si los vuelos cortos están dejando de ser los más seguros.
Por ahora, lo único claro es que ese martes, en un vuelo de apenas 36 minutos, el verdadero viaje comenzó después del aterrizaje.