Simon Parsons, de 26 años, de Inglaterra, organizó el viaje de sus sueños sin saber que terminaría en una de sus peores pesadillas.
Resulta que llevó a su novia, Jess Gear, a un hotel 5 estrellas en Cabo Verde, en África, para proponerle matrimonio. Pero un vez hecha la gran pregunta las cosas empezaron a empeorar. Se dislocó el fémur, terminó teniendo la peor noche en un hospital y tuvo que hacer un aterrizaje de emergencia cuando el avión en el que viajaba registró una falla en el motor.
Simon, que padece una afección llamada síndrome de la cadera, estaba viendo como las tortugas eran liberadas cuando de repente su fémur cedió. No podía respirar y estaba perdiendo la conciencia debido al dolor.
«Mi fémur se cayó de su cuenca. Caí al suelo con un dolor extremo».
Se tenía que ir de urgencia al hospital, así que su familia y los lugareños lo subieron en la parte trasera de una camioneta. Al llegar a la clínica lo dejaron en un pasillo durante horas sin agua, sin comida, ni medicamentos para aliviar el dolor. Después de cinco horas le hicieron una tomografía computarizada en la que se veía que se había dislocado, por lo que le dieron un medicamento para el dolor pero no lo solucionaron. Finalmente, llegó un avión privado (de su seguro de viaje) para llevarlo de vuelta a Reino Unido para ser atendido.
Después de dos horas de vuelo se produjo un gran problema, uno de los motores falló y el avión comenzó a bajar. Tuvieron que hacer un aterrizaje de emergencia en Gran Canaria porque uno de los motores se había incendiado.
Después de esperar otras 6 horas, era hora de volver al Reino Unido, en donde lo llevaron al Royal Cornwall Hospital en Truro. Ahí lo tuvieron que poner en cuarentena durante seis horas porque había estado en África, para asegurarse de que no había contraído nada.
El lunes fue operado para trasladar su fémur, que había sido dislocado hacía cuatro días.
La experiencia dejó a Simon con dolor crónico y se paralizó una parte de su espalda baja hasta la rodilla derecha.
«Está completamente insensible, no puedo levantar mi pierna para nada. Se dejó dislocado durante tanto tiempo que hay daño en los nervios y no saben cuánto tiempo durará.»
Le han dicho que su fémur corre un alto riesgo de volver a luxarse, lo cual es aterrador porque fue muy doloroso. Toda la situación fue simplemente loca y bastante traumática para todos los involucrados.
El futuro novio ahora está esperando escuchar cuál podría ser el daño a largo plazo.
